
Uno de los culebrones del verano futbolístico es el que rodea a Antoine Griezmann. El jugador francés, aún en el Atlético de Madrid aunque en mayo anunció su intención de dejar el club, trata de cerrar todos los flecos para fichar por el Barcelona. La entidad colchonera, que le apercibió por su comportamiento en un comunicado, instó a su regreso a los entrenamientos este domingo. Su ausencia provocará una sanción del equipo madrileño, pero el futbolista se agarra al convenio colectivo de la profesión recogido en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Ante la exigencia del Atlético del regreso de un jugador que no quiere exponerse a la situación de entrenar con un equipo al que está a punto de desligarse, los abogados de Griezmann aseguran que los derechos de los trabajadores respecto a las vacaciones que establece el convenio colectivo de los futbolistas (que puede leer aquí) amparan al francés.
En la teoría, no les falta razón: el artículo 10 del convenio, en su punto primero, determina que "los futbolistas tienen derecho a unas vacaciones anuales retribuidas de 30 días anuales y de las que, al menos, 21 serán disfrutados de manera continuada, y el resto cuando las partes lo acuerden". Y Griezmann solo habría gastado, contando ya este lunes, 27 de estas 30 jornadas.
El jugador acabó su temporada 18/19 con el duelo del 11 de junio que enfrentó a la selección francesa ante la de Andorra en los clasificatorios para la Eurocopa 2020. Por lo tanto, sus vacaciones comenzaron el día 12. Desde entonces, han transcurrido 27 días.
Se trata de una postura forzada en mitad de una negociación (la que el Barcelona mantiene con el Atlético) de la que el jugador también forma parte. De hecho, el artículo 10 del convenio tiene otros aspectos espinosos con los que los contendientes han de jugar.
Los nueve días naturales que deben ser consensuados entre el trabajador y el club son un punto de análisis. A falta de un pacto entre ambas partes (el Atlético bien pudo haber concretado con el jugador que su vuelta tenía que producirse el domingo 7 de julio), la última frase del punto primero del artículo 10 lo deja claro: "En caso de desacuerdo, se disfrutarán los 30 días de forma continuada". En este sentido, el futbolista tendría razón.
Huelga decir que la táctica de Griezmann de coger de golpe todos los días de vacaciones del año (ignorando el periodo vacacional de Navidad) corresponde a una medida extra de presión, contando que puede gastar todos en un escenario de una más que probable cambio de empresa.
En todo caso, a Griezmann le restan tres días para conseguir que el Barcelona ate su contratación y cierre un fichaje polémico. Si el jueves 11 no hay acuerdo, el francés se le agotará este argumento.