En un batacazo histórico, el Barcelona naufragó en Anfield con todo a favor y vio cómo el Liverpool acabó con el gran proyecto de la temporada culé 18/19, una Champions League que parecía hecha a medida para la escuadra de Leo Messi y que se convierte en el tercer gran golpetazo consecutivo de una entidad que domina en España pero que choca una y otra vez contra el muro europeo a pesar de las inversiones de los últimos años.
Desde que los blaugrana, con Luis Enrique al mando, conquistasen hace ya cuatro años 'La Orejona' y, de paso, un triplete, el dominio del Barcelona en España ha sido total, ganando ocho de los once títulos en juego (tres Ligas, tres Copas del Rey y dos Supercopas de España), que podrían ser nueve de doce si vence en la final del torneo del K.O. que en unas semanas disputa ante el Valencia. El devenir en Champions, en paralelo, ha sido todo lo contrario.
En la máxima competición europea, el Barcelona acumula cuatro bofetadas seguidas en lo que, por plantilla y expectativas, se concibe como el mayor objetivo deportivo de la entidad. En 2016, remontado en cuartos de final ante el Atlético. En 2017, sometido por la Juventus en cuartos de final después de una remontada histórica contra el PSG. En 2018, sufiendo su propia medicina con una remontada para recordar de la Roma en cuartos de final. Y este año, 2019, con otra remontada memorable del Liverpool en semifinales.
La repetición en el modelo de caída, con desplomes inexplicables del equipo, ha puesto de relieve la fallida política de refuerzo del club blaugrana, uno de los que más se ha movido en el mercado y siempre con la intención de regresar a lo más alto de Europa.
Según los datos de la web especializada Transfermarkt, la del Barcelona es la cuarta mayor inversión de los últimos cuatro años de entre los grandes equipos de Europa que aspiran a la Champions League. Sus pérdidas de 230 millones de euros en el balance ingresos/gastos por fichajes solo están por detrás de los 259 de la Juventus, los 455 del PSG y los 568 del Manchester City. También le superan, aunque sin su protagonismo europeo, Manchester United (392), Milán (339) y Chelsea (235). Datos a los que hay que añadirle un matiz: el verano de 2015 estuvo marcado por la sanción de la FIFA que le prohibió inscribir jugadores y que frenó grandes desembolsos en Can Barça.
Después de que el Barcelona levantara en Berlín el título de la Champions 14/15, ha gastado un total de 669 millones de euros en fichajes que se entienden por dos razones: la búsqueda de un nuevo título continental y la necesidad de cubrir una marcha tan importante como la de Neymar. Precisamente, la marcha del brasileño por 222 millones de euros, el fichaje más caro de la historia del fútbol, eleva la cuenta de ventas a un montante total de 438 'kilos'.
La inversión blaugrana ha tenido hitos importantes como los fichajes de Ousmane Dembélé y Philippe Coutinho, por una cantidad, sin contar las variables, de 125 y 135 millones de euros. Ambas contrataciones siguen todavía en el foco por el insuficiente rendimiento aportado.
Otras compras también han resultado decepcionantes: los 159 millones de euros que costaron Arda Turan, Aleix Vidal, Malcom, Paco Alcácer y André Gomes. Únicamente el brasileño sigue en el club, Gomes volverá tras cesión sin contar en los planes de la directiva, Vidal se fue por la mitad y Turan acaba contrato el año que viene y apenas vale ahora un 5% de lo que valía cuando fue fichado. Solo Alcácer se ha marchado aproximadamente por lo que costó, con cinco millones de diferencia.
Después de una importante inversión económica, el principal problema que se le aparece al Barcelona es que, después de gastarse 669 millones de euros y perder 230 en el balance, ha de afrontar un proceso de renovación de su plantilla que será costoso. Luis Suárez y Gerard Piqué tienen 32 años, Messi los cumple en junio y Rakitic, Busquets y Jordi Alba también están en la treintena.
La primera piedra, el holandés Frenkie de Jong, ha costado 75 millones de euros. Otros candidatos como Matthijs de Ligt, Luka Jovic o incluso Antoine Griezmann no significarían inversiones menores y estarían cifradas en un abanico que va de los 60 a los 120 millones de euros.
