
Este 8 de marzo se celebra una huelga feminista que llama, entre muchas otras cosas, a combatir "las desigualdades, la precariedad, y los procesos de exclusión existentes" en el mundo laboral. Una realidad que se reproduce en todos los sectores, incluido el de las empresas futbolísticas, es decir, los clubes. En LaLiga Santander, las mujeres son minoría. Y no en los terrenos de juego, sino en la totalidad de las múltiples áreas que aglutinan las escuadras de Primera.
De acuerdo con sus cuentas anuales, la presencia de mujeres en los equipos de fútbol de la categoría de oro española alcanza una media del 18,3% del total de sus empleados y en ningún caso individual llega al 26%. De los 20 conjuntos de Primera, 16 tienen disponible el dato actual, el de 2018, dos de ellos (Atlético de Madrid y Levante) el de 2017 y otros dos (Girona y Rayo Vallecano) no tienen datos disponibles. Son los granotas los que presentan un mayor porcentaje de mujeres en sus nóminas, con un 25,7% que supera el 24,7 y el 24,4% de Alavés y Athletic.
Tras ellos, Barcelona (21,4%), Atlético y Celta (20), Real Sociedad (19,4), Betis (18,7), Espanyol (18,5) y Real Madrid (18), que se mueven en márgenes parecidos. Ya por detrás, Valencia, Getafe, Sevilla y Valladolid, con un presencia de mujeres en sus plantillas de entre el 15 y el 13%. Los equipos que menos porcentaje de mujeres en nómina tienen son Villarreal (10,3), Leganés (9,6), Eibar (8,6) y Huesca (8,5). Paradójicamente, pepineros y armeros, antepenúltimos y penúltimos de esta tabla, son los dos únicos que tienen presidentas, María Victoria Pavón y Amaia Gorostiza.
Cuantitativamente, son Barcelona, Real Madrid y Atlético de Madrid los equipos que más empleadas ostentan, dado el mayor volumen de negocio y entidad de las tres escuadras. Sus cifras de 258, 146 y 131 trabajadoras constituyen un mundo de diferencia si se las compara con las nueve de Eibar y las cinco de Leganés y Huesca.
La mayoritaria presencia masculina en todos los niveles de los clubes tiene su reflejo, como no podía ser de otra manera, en los puestos de alta dirección de las entidades. En este aspecto, que no aparece distinguido en las cuentas de todos los clubes, se aprecia que la brecha es aún mayor.
Así, en el desglose que hacen Barcelona, Betis, Espanyol, Getafe, Huesca y Villarreal no aparece ninguna mujer que desempeñe estas tareas, mientras que Real Madrid tiene tres (de un total de 37), por la única fémina en las secciones de Valencia (de un total de 11) y Valladolid (de un total de 15).
El fútbol español tiene aún mucho recorrido por delante en materia de igualdad en plena batalla por la consecución de un convenio colectivo para el balompié femenino
Esta huelga del ocho de marzo tiene lugar en un contexto de plena lucha del fútbol femenino español por conseguir el primer colectivo de su historia. Un proceso que, actualmente, se encuentra en medio de unas largas negociaciones marcadas por la importancia de unos derechos televisivos que, a partir de la próxima temporada, podrían asegurar ciertos parámetros económicos que permitan a las futbolistas la exclusividad y acaben con un sesgo tan propio de la precariedad como es el multiempleo.
El momento es clave porque, en paralelo a estas negociaciones, se está produciendo una lucha en los despachos que ha pillado, como siempre, a las mujeres de por medio. Esta misma semana, bajo el pretexto de conseguir la profesionalización de las jugadoras, la RFEF (Federación Española de Fútbol) anunció la creación de una nueva liga que será la única a ojos de la UEFA y que, si no hay un acuerdo entre las partes, vendría a sustituir en la práctica a una Liga Iberdrola gestionada por una ACFF (Asociación de Clubes de Fútbol Femenino) que ha anunciado un acuerdo con Mediapro para emitir las próximas tres temporadas de la competición por nueve millones de euros.
Así, a falta de unos meses para que comience la liga 19/20, las jugadoras no saben a ciencia cierta en qué liga jugarán y si su estancia en una u otra competición les asegurará las condiciones laborales que se merecen por su inherente papel de trabajadoras.