El Mirandés vuelve a estar en las páginas de los periódicos deportivos españoles. El club de Miranda de Ebro, después de eliminar a Celta de Vigo y Sevilla, hizo lo propio con el Villarreal para colarse en las semifinales de Copa del Rey y soñar con la Supercopa de España igualando su inolvidable actuación del torneo del curso 11/12, en el que, con la dificultad añadida de hacerlo a doble partido, llegó a estar entre los cuatro mejores equipos. El paso victorioso de los chicos de Andoni Iraola por el torneo del K.O., pese a haberse repetido varias veces en la última década, no deja de ser una verdadera hazaña si se atiende a los recursos con los que cuenta.
Recién ascendido tras una temporada en Segunda B y afincado en la segunda ciudad más pequeña de Segunda (solo Almendralejo tiene menos de sus 34.000 habitantes), el Mirandés es uno de los más modestos de la categoría. Tiene el tercer límite salarial más bajo y uno de los dos peores presupuestos (junto al Fuenlabrada), con 7,7 millones de euros para el curso 19/20.
Con tan solo 4,2 millones de euros para pagar salarios a su plantilla, tiene el séptimo plantel menos valioso de la competición (11,9 millones, de acuerdo con la web especializada Transfermarkt), pero con matices: seis de sus siete jugadores más valiosos son cedidos y no pertenecen a la entidad. Un trabajo de trincheras de la dirección deportiva que tuvo una imagen perfecta en el duelo ante el Villarreal, en el que tres de los cuatro goles fueron de jugadores en préstamo: Martín Merquelanz (Real Sociedad), Antonio Sánchez (Mallorca) y Matheus Aias (Watford).
Con la creación de un fuerte bloque por parte de Andoni Iraola, el Mirandés ha ido superando varias barreras que el factor económico había construido al comienzo de la temporada. Con media Liga por disputarse, se encuentra a tres puntos de la zona de 'playoff' de ascenso a Primera y con unas perspectivas muy realistas de salvación tras dos años en el 'infierno' de la Segunda B, pero la Copa del Rey, otra vez, ha sido el terreno en el que mejor se han movido los rojillos.
En la primera edición a partido único, el Mirandés fue sorteando rivales inferiores en las primeras rondas del torneo. Paradójicamente, ha sufrido mucho más con ellos. Ganó en la prórroga a Coruxo y UCAM Murcia, y después se cruzó en el camino del Celta. El conjunto celtiña, con un presupuesto de 87 millones, once veces superior, cayó también en el tiempo complementario.
Ya en octavos de final, apareció por Anduva el Sevilla, uno de los gigantes del fútbol español. Poco importó: los de Miranda se llevaron por delante al equipo de Nervión (que tienen un presupuesto 28 veces superior, con 215 'kilos'), por un contundente 3-1. Este miércoles, el Villarreal llegaba avisado, pero el resultado fue el mismo: la escuadra de Iraola ganó por la vía rápida a un equipo de 134 millones de euros de presupuesto (17 veces más) por un gran 4-2.
El equipo rojillo se ganó el corazón de los seguidores con su gran Copa 11/12, en la que llegó a semifinales, máximo hito que ahora ha igualado el club de Miranda
El paso a semifinales es el segundo de una entidad que se ha ganado un hueco en el corazón de los seguidores españoles. La relación de amor con el Mirandés comenzó en la edición 11/12 de la Copa, en la que liderado por un empleado de banco (Pablo Infante) el equipo eliminó a 'primeras' como Villarreal, Racing y Espanyol y se vio frenado por el Athletic antes de la gran final.
Años más tarde, y con el recuerdo de las gestas en Anduva, el Mirandés tuvo otro momento de gloria en Copa. Fue en el curso 15/16, en el que llegó a cuartos de final después de noquear dos equipos de Primera, Málaga y Deportivo de la Coruña. El Sevilla fue su verdugo, conjunto del que se ha vengado en la presente edición. Con la posibilidad real de enfrentarse a Real Madrid o Barcelona (si cumplen con los pronósticos ante Real Sociedad y Athletic), el Mirandés quiere dar un paso más en su historia.
Si se clasifican a la final, no solo optarán al título, sino que estarán en la próxima Supercopa de España. Es el próximo objetivo de un equipo que sueña con representar a Miranda de Ebro en Arabia Saudí y con los ojos del mundo puestos en él. Sin que importen los recursos.