Es la pregunta que todos los contribuyentes se hacen cuando acceden al borrador y se disponen a realizar la declaración de la Renta: ¿saldrá a devolver o a pagar? La respuesta a esta cuestión es la que determinará el resultado de la declaración y, en definitiva, la clave para todas las personas que declaran por el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
El proceso para saber si una declaración sale a ingresar o a pagar está claramente definido por la Agencia Tributaria. Cuando el contribuyente accede al borrador de la Renta podrá consultar el resultado provisional de su declaración. En ese momento, en el apartado 'Resultado de la declaración' existente en la pantalla de inicio se verá esa cifra.
Sin embargo, hay que decir que la cifra no es definitiva, En el momento de acceso al borrador de la Renta el contribuyente debe consultar de forma detallada todos los campos, con una especial atención al apartado de las deducciones estatales y las deducciones autonómicas, ya que le pueden reportar diferentes bonificaciones económicas.
También tendrá que comprobar que el resto de partidas contengan la información correcta. Errores en aspectos tan importantes como el de descendientes, ascendientes, rendimientos íntegros del trabajo o de otro tipo pueden afectar al resultado final de la declaración y obligarían al contribuyente a modificar una declaración ya presentada, con las molestias correspondientes.
Así, tras una minuciosa revisión de todo el borrador el contribuyente podrá volver de nuevo a esa página inicial para comprobar cuál es el resultado de la declaración. Y ahí pueden suceder dos cosas:
Cuándo te sale un resultado negativo: esto es lo que significa
Si la cifra aparece con un signo '-' significa que esa cifra, sea cual sea, es a favor del contribuyente, por lo que la declaración le saldría 'a devolver'. O lo que es lo mismo, que durante el ejercicio se le practicaron más retenciones de IRPF de las que el contribuyente tenía que pagar, por lo que la Agencia Tributaria ha de proceder a devolver esas cantidades que se le retuvieron indebidamente al contribuyente.
El contribuyente tiene dos formas de obtener ese dinero que se le va a ingresar: por transferencia a una entidad establecida en España (ya se haya abierto en España o en el extranjero) o por transferencia a una entidad financiera establecida en el extranjero. Además, también tiene la opción de renunciar a la devolución a favor del Tesoro Público.
En todo caso, Hacienda dispone de un plazo concreto para hacer las devoluciones: seis meses a contar desde el día final de la Campaña. Si el organismo excede ese plazo tendrá que pagar intereses de demora (un 3,75%) al contribuyente.
Cuándo te sale un resultado positivo: esto es lo que significa
El otro supuesto es que el resultado de la declaración aparezca en positivo, lo cual quiere decir que ha salido 'a pagar'. Esto significa que el contribuyente ha pagado menos retenciones de las que debe durante el ejercicio y, por lo tanto, ha de compensar lo que falta mediante el pago a la Agencia Tributaria.
El contribuyente tiene dos opciones para hacer el pago: de forma fraccionada o en un solo plazo. En el primer caso, que es el que aparece por defecto, supone el pago del 60% de la deuda antes del final de la Campaña (el 30 de junio) y el 40% restante en noviembre. Se puede elegir entre domiciliación bancaria, pago electrónico o a través de un documento de pago en caja.
Si, por el contrario, el contribuyente no quiere fraccionar el pago podrá elegir cualquiera de las opciones anteriores y, además, pedir una solicitud de aplazamiento o el reconocimiento de la deuda con imposibilidad de pago.