
El mundo de las criptomonedas tiene su propia jerga. Es un ámbito con mucha carga tecnológica y financiera, por lo que los tecnicismos abundan. Además, el lenguaje que se usa para hablar de activos digitales es especializado y poco frecuente en el día a día. Es inevitable que, al referirnos a las criptomonedas, surjan conceptos como la blockchain, las stablecoins o los contratos inteligentes. En muchas ocasiones, se usa el término en inglés.
Dentro de la complejidad y de la multitud de referencias, hay conceptos básicos que son muy recurrentes y conocerlos ayuda a entender mejor el mundo de las criptomonedas.
1. Criptomonedas
Para empezar, hay que saber qué son las criptomonedas. Son monedas digitales, que no existen físicamente en billetes o monedas, por lo que únicamente se manejan a través de internet. Se basan en una tecnología, la blockchain, que permite que el intercambio de criptomonedas se haga directamente entre dos personas, sin intermediarios (peer-to-peer). Es decir, como cuando el dinero pasa de una persona a otra en efectivo, pero mediante un canal digital.
Existen miles de criptomonedas, aunque la más conocida es el bitcoin. En general, estas no están reconocidas por los gobiernos como dinero de curso legal y no están respaldadas por los bancos centrales (aunque siempre hay excepciones). Además, las criptomonedas se han ido adoptando como activos en los que invertir y no tanto en su dimensión de monedas, aunque también es posible pagar con las mismas, es menos frecuente.
2. Altcoins
El bitcoin es la primera criptomoneda y de su planteamiento nacen todas las demás. Algunas, con el objetivo de proponer mejoras al bitcoin y, otras, con la finalidad de añadir funcionalidades y expandir los casos de uso. Todas las criptomonedas que no son bitcoin, que son miles, se pueden agrupar bajo el paraguas altcoin, que es una palabra que mezcla las palabras moneda y alternativa. Es decir, son todas las alternativas que surgen a partir del bitcoin.
Además, dentro de las altcoins también se puede establecer otro grupo: las stablecoins, un término que también es básico. Por definición, todas las stablecoins son altcoins. Stablecoin también es una combinación de dos palabras: estable y moneda. Es decir, son monedas estables. En concreto, esta propuesta busca mejorar una de las desventajas de las criptomonedas, que pueden registrar una alta volatilidad. Las stablecoins tienen un valor fijo, ya que se vinculan y están respaldadas por otros activos. Por ejemplo, cada token de USDT, la criptomoneda de Tether, vale un dólar y siempre cotiza en torno a esa unidad.
3. Descentralización
El concepto de la descentralización es clave en el ámbito de las criptomonedas. Una de las reglas con las que quieren romper las criptomonedas es con la intermediación de las instituciones financieras. El objetivo es que dos personas o dos implicados (una organización y una persona) puedan intercambiar dinero directamente, sin una autoridad que supervise la transacción y haga de enlace. En este caso, se obvia la necesidad de que ese intercambio sea en persona -como ocurre con el efectivo-, ya que se hace mediante un cauce tecnológico. El término peer-to-peer, que significa entre pares o entre iguales, también aparece mucho para hacer referencia a esta característica.
4. Blockchain
La blockchain o cadena de bloques es la tecnología que permite que las transacciones no dependan de una autoridad central, sino de una red descentralizada. Para referirnos a esta tecnología también se puede hablar de la tecnología de libro de registro distribuido (DLT) o Web 3.0, que alude a una versión más sofisticada del internet que se usa en la cotidianeidad (Web 2.0).
Como su nombre indica, el concepto es el de una cadena de bloques. Las operaciones que se realizan en la blockchain quedan registradas en un bloque y los bloques están ligados entre sí. Esto lo que permite es que no se pueda modificar un bloque sin tener que cambiar todos los demás, por lo que la siguiente transacción ha de seguir un orden e inscribirse de una forma determinada. Así, para que una operación quede validada tiene que encajar en esa cadena. Este registro es público y cualquiera que tenga un ordenador puede participar en el mismo.
5. Minería
Para entender el concepto blockchain es necesario conocer el papel de los mineros de criptomonedas. Como uno de los principios cripto básicos es la descentralización, la idea es que la red se mantenga por miles de usuarios o participantes. Por ejemplo, la red de Bitcoin. No existe una persona o empresa que se dedique a validar las transacciones y a mantener la red, sino que puede hacerlo cualquier interesado (individuales o empresas). Solo es necesario descargarse Bitcoin Core y participar en la base de datos o la blockchain correspondiente.
Por eso, son los mineros los que mantienen una red de criptomonedas, con lo que verifican las transacciones y se encargan de la emisión de las propias criptomonedas (en sustitución de los bancos centrales). A cambio, reciben comisiones y recompensas. Las comisiones se obtienen al validar una operación entre pares y las recompensas cuando se mina un bloque entero. En el caso de Bitcoin, esto ocurre cada diez minutos, aproximadamente, y el ganador de ese bloque recibe una compensación en criptomonedas. Es el sistema de incentivos para que una criptomoneda pueda funcionar en un contexto de descentralización.
6. Criptografía
La criptografía es una técnica que se usa para enviar mensajes en clave, utilizando un lenguaje cifrado que el receptor tiene que descifrar. Las criptomonedas usan este sistema para que las transacciones estén siempre cifradas. Los usuarios tienen una clave privada y otra pública, la primera para uso personal y la segunda para operar con el resto de intermediarios. Esta última permite que se pueda interactuar con cualquier usuario de forma segura, sin tener que aportar datos personales y permitiendo la trazabilidad de todas las operaciones.
7. Cartera
Una vez que se entienden los conceptos más teóricos, hay que pasar a la práctica. Lo lógico es preguntarse cómo operar con criptomonedas. Al ser monedas digitales, los usuarios que quieran invertir o intercambiar criptos han de tener una cartera o wallet. Son aplicaciones o programas, que pueden ser centralizadas o descentralizadas.
Lo más puro en este ecosistema es tener una cartera descentralizada, tipo MetaMask. Es un programa que se descarga en el ordenador o en el móvil y permite operar con criptomonedas entre usuarios u organizaciones sin intermediarios. Sin embargo, existen opciones más estándar, como las carteras centralizadas. La diferencia es que una empresa, una plataforma de intercambio de criptomonedas, se encarga de hacer la gestión y el usuario paga una comisión. En general, simplifican el proceso para quienes no estén muy especializados en este ámbito, haciendo que el proceso para comprar o invertir en criptomonedas sea muy parecido al de adqurir cualquier otro activo.
8. Exchange
Precisamente, las plataformas de intercambio de criptomonedas son las compañías que se encargan de proveer estos servicios. Son como compañías de inversión en acciones, ETFs o materias primas, pero especializadas en criptomonedas. Según la oferta de cada una, permiten operar con más o menos criptomonedas (bitcoin, ether, tether, solana, etc.) y realizar un cierto número de operaciones más allá de la compra (swaps, staking, préstamos, etc.). Es muy habitual que se use la palabra en inglés, exchange, para hacer referencia a estas compañías.
9.DApp
Las DApp son aplicaciones descentralizadas. En resumen, funcionan como el bitcoin, pero con un propósito general. Es decir, son aplicaciones que se basan en la tecnología blockchain, por lo que funcionan con una red descentralizada. De nuevo, no hay una autoridad u organización que se encargue de controlarla. La temática de estas aplicaciones puede ser variada, desde finanzas, a juegos o soluciones tecnológicas para empresas. Para que funcionen, se usan contratos inteligentes.
10. Contratos inteligentes
Los contratos inteligentes (o smart contracts) son acuerdos que se ejecutan automáticamente cuando se cumplen sus cláusulas. Siguen esa lógica de la descentralización y se aprovechan de la tecnología blockchain para que no tenga que intervenir una única entidad para controlar, sino que es la tecnología la que sustituye a la autoridad y permite intervenir a una red descentralizada. Por eso, una vez se definen las características de ese contrato y se cumplen, la acción de materializa.
También, se pueden trasladar o implementar en diferentes ámbitos, como logística, transporte o inmobiliario, más allá de limitarse únicamente al intercambio de dinero. Los contratos inteligentes permiten automatizar procesos y delegar parte del trabajo en la tecnología.