
Las criptomonedas más famosas, como bitcoin o ether, son en su mayoría monedas volátiles cuyos precios pueden subir y bajar. Pero existe un tipo específico de 'tokens', conocidos como 'stablecoins', que son completamente distintas. Este tipo de monedas tienen un valor fijo -o estable, de ahí su nombre-, normalmente de un dólar, aunque también existen 'stablecoins' que siguen el precio del euro o de la libra.
¿Cómo aparecieron?
Las 'stablecoins' aparecieron inicialmente como una forma de evitar las regulaciones que prohibían a bancos estadounidenses operar con firmas 'cripto'. Esa limitación impedía que los ciudadanos norteamericanos pudieran comprar criptomonedas con sus dólares, ya que las casas de cambio de 'criptos' no tenían ninguna forma de procesar esas compras. La solución fue crear nuevas criptomonedas cuyo valor fuera el de un dólar: así, los ciudadanos estadounidenses no estarían operando con dólares (lo cual era ilegal) sino con 'criptodólares', sobre los que no había ningún control.
Las primeras emisiones se produjeron a través de bancos taiwaneses, con la sospecha de que la firma creadora, Tether, estaba imprimiendo 'stablecoins' de la nada para manipular el precio del bitcoin, como un banco central que fabrica dólares y provoca inflación. Además, las limitaciones impuestas por Tether a la hora de vender sus tokens y recibir dólares contantes y sonantes hacían sospechar que algo extraño ocurría.
Pero en los años posteriores, numerosas firmas, principalmente las grandes casas de cambio de 'criptos', empezaron a emitir sus propias 'stablecoins'. Y estas lo hacían con más garantías, auditorías que certifican que tienen la liquidez necesaria para pagar a sus inversores y la opción real de vender esos 'criptodólares' y recibir dinero a cambio.
¿Para qué sirven?
Hasta ahora hemos mencionado por qué las 'stablecoins' son útiles para las empresas que operan en el mundo 'cripto', pero no por qué son útiles para los usuarios. Y aquí hay dos respuestas: ahorrarse las comisiones y evitar la volatilidad.
En el primer caso, convertir 'criptos' en dólares es más caro que convertirlos en 'criptodólares'. El motivo es que el primer proceso requiere la participación de un banco tradicional, que tiene que transferir los dólares de la cuenta del comprador (normalmente, una casa de cambio) al vendedor. Por contra, una transferencia de 'stablecoins' se puede hacer dentro de la plataforma de criptomonedas escogida, y, en algunos casos como el del ether, dentro de la misma blockchain, lo que reduce el coste.
Por otro lado, las 'stablecoins' funcionan como el efectivo para los inversores en bolsa: si las expectativas apuntan a una caída de precios inminente, lo mejor es vender y quedarse con dólares, cuyo precio no va a cambiar.
Esa estabilidad también ayuda en algo en lo que las 'criptos' más volátiles han fracasado hasta ahora: servir como medio de pago. Si el precio del bitcoin puede subir o bajar bruscamente en cuestión de días, nadie lo aceptará como medio de pago para algún bien o servicio. El comprador no sabe si los bitcoins que acaba de pagar por unos zapatos se duplicarán de precio en unos días, haciéndole sentir que podría haberse ahorrado la mitad de lo que pagó si hubiera esperado unos días más; y el vendedor no sabe si el valor de esas 'criptos' se hundirá un 30% en un mes y le dejará con un agujero en sus cuentas.
La solución a esos problemas, entonces, es pagar con 'criptodólares' o 'criptoeuros' cuyo valor es conocido por todo el mundo e independiente de los movimientos de los mercados. Y los propios bancos centrales de numerosos países están ya haciendo ensayos con su propia versión oficial de las 'stablecoins', como el e-yuan del Banco Popular de China.