
Las seis principales constructoras españolas han cerrado la venta de activos en 2018 por un total de 6.251 millones de euros. Es la cifra más elevada desde 2012 y representa casi cuatro veces más que el volumen de desinversiones que ejecutaron en 2017. Con ello, ACS, Acciona, FCC, Ferrovial, Sacyr y OHL han dado un nuevo tijeretazo al endeudamiento neto conjunto. Al cierre del primer semestre se situaba en 15.579 millones de euros, un nivel que presumiblemente se reducirá aún más en el tercer trimestre gracias a la venta del 49% de Aqualia por parte de FCC.
Aunque cada una con sus singularidades, las grandes constructoras de España ofrecen hoy una fotografía de su deuda muy distinta a la que presentaban al inicio de la crisis que se desató en 2007. Entonces, los seis grupos estaban endeudados por más de 92.000 millones. En los últimos 11 años han conseguido limitar esa cifra año a año hasta prácticamente la sexta parte. En esta tarea, las compañías han debido afrontar ajustes en el lado del gasto, con despidos colectivos relevantes en algún caso. A su vez, han enfrentado agresivos procesos de desinversiones. No en vano, en este periodo han vendido activos por más de 50.000 millones. Aunque hay operaciones que encajan en la rotación de activos maduros para invertir en nuevos proyectos, el grueso ha servido para mitigar el excesivo endeudamiento.
En el presente ejercicio, tres son las constructoras que han liderado las ventas. La mayor operación la ha protagonizado la que más dificultades atraviesa, OHL. Asfixiado por la deuda y por la incapacidad para compensar el agujero que le ha generado una veintena de proyectos fallidos por todo el mundo, el grupo que controla la familia Villar Mir cerró la pasada primavera el traspaso del 100 por cien de OHL Concesiones, su activo más valioso, al fondo australiano IFM por 2.775 millones. Con esta transacción ha logrado situar su posición de caja neta por primera vez en positivo.
OHL ha respondido a los incesantes ataques del mercado -que continúan- con ajustes en todas sus estructuras y con desinversiones. Porque al margen de su filial de concesiones, este mismo año se ha desprendido de otros activos menores como el complejo hotelero y residencial de Mayakoba, en México, o su filial de traviesas de la República Checa ZPSV. En años pasados, también transfirió todas sus acciones en Abertis y otros activos concesionales e inmobiliarios. Su nueva estrategia supone un retorno a los orígenes, con el foco puesto en construcción.
Mientras, Acciona es la segunda constructora por volumen de desinversiones en 2018. La multinacional que preside José Manuel Entrecanales ha aprovechado la oportunidad de mercado para vender el 92,7% de Trasmediterránea por 388 millones, el negocio termosolar en España a ContourGlobal por 1.120 millones y esta misma semana el 20% de Testa a Blackstone por 379 millones. Suman 1.887 millones, más que todas las ventas que había realizado en los ocho anteriores. En el primer semestre la empresa ya reflejó el impacto de algunas de estas operaciones, con una rebaja de la deuda del 11,7%.
Por su parte, FCC selló el mes pasado el traspaso del 49% de Aqualia, la joya del grupo, por 1.024 millones a IFM, que de este modo ha protagonizado dos de las mayores operaciones del año en España. El grupo que controla el mexicano Carlos Slim destinará este dinero a reducir su deuda, de manera que en el tercer trimestre asestará un importante recorte que previsiblemente le permitirá estar en disposición de volver a repartir dividendo. En 2012, su endeudamiento superaba los 7.000 millones y ahora podría situarse por debajo de los 3.000 millones.
Mayor ha sido aún el esfuerzo que ha realizado ACS en los últimos años. La compañía presidida por Florentino Pérez ha demostrado su capacidad de respuesta ante las exigencias del mercado. De los 16.574 millones que adeudaba en 2007, ha pasado a apenas 58 millones en junio pasado. Un ejercicio sin igual sustentado en un progresivo proceso de desinversiones en todas sus áreas (Urbaser, aeropuertos, puertos, renovables, concesiones...). Este año, la operación más significativa ha sido la venta del 24,2% de Saeta Yield a Brookfield por 241 millones.
Las menos activas hasta la fecha han sido Ferrovial y Sacyr. La primera ha transferido el 20% de Ratch-Australia, que cuenta con centrales de gas y parques eólicos, por 34 millones, así como otros activos menores. Mientras, la constructora que preside Manuel Manrique ha vendido a la francesa Saur varias participaciones minoritarios en activos de agua en España que estaban integrados en Nuinsa por poco más de 20 millones.
Sacyr, pendiente de Chile e Itínere
Sacyr tiene abiertos los procesos para vender el 15,5% de la concesionaria Itínere, por más de 200 millones, y su filial de concesiones en Chile por unos 400 millones. Mientras, ACS negocia la venta de su filial renovable Bow, así como de autopistas. Ferrovial, por su parte, tiene en la pista de salida sus autopistas en Grecia. Tras la desinversión en Aqualia, en el mercado se ha especulado con la posibilidad de que FCC busque un socio para su filial de medio ambiente.