
El consorcio de la línea de alta velocidad entre Medina y La Meca, en Arabia Saudí, ha acordado inyectar alrededor de 150 millones de euros a la denominada bolsa de riesgos para enfrentar los gastos comunes, sobrecostes e imprevistos acaecidos y que puedan generarse en los próximos meses. Esta cantidad deriva del compromiso unánime de las empresas que desarrollan el proyecto para incrementar del 4,6% al 6,667% el porcentaje de las certificaciones que destinan a esta bolsa, cuyos fondos ya estaban bajo mínimos.
La medida se aprobó en el último consejo de administración del 3 de febrero. Se adopta con carácter retroactivo, por lo que se aplicará a todas las certificaciones ya aprobadas y a las futuras. Cada socio del consorcio (Renfe, Talgo, Adif, Ineco, OHL, Copasa, Imathia, Inabensa, Cobra, Indra, Siemens Rail Automation y Consultrans) aportará en proporción a su participación en el mismo. Con ello, la bolsa de riesgos habrá recibido un máximo de 400 millones.
Insuflar dinero a este fondo era uno de los asuntos que llevaban varios meses atascados en el seno del consorcio. Había coincidencia en hacerlo, pero las posturas sobre cómo y qué importe mantenían en suspenso la decisión. En este sentido, el nombramiento de Jorge Segrelles como presidente, con dedicación exclusiva, ha favorecido el entendimiento entre todas las partes.
Con el incremento del porcentaje se podrá hacer frente al pago, entre otras cuestiones, del nuevo taller de La Meca, del que se encargará OHL por 40 millones, y del centro de operaciones en Medina, que ejecutará la propia OHL, junto con Copasa e Imathia, por 35 millones. La adjudicación de esas obras se decidió en el mismo consejo, donde además se produjo el relevo de dos miembros. Así, entraron el director general de Operaciones de Renfe, Francisco Minayo, en lugar de Berta Barrero, y el director financiero de Adif, Manuel Fresno, en sustitución de Segrelles.
El acuerdo, rubricado por todos los miembros del consorcio, supone la primera modificación del porcentaje que aportan las empresas desde la reunión de La Granja, en el año 2013. Una muestra más de la mejora de las relaciones internas que se ha experimentado en los últimos meses. En la última reunión del consejo, también se aprobó la creación de grupos de trabajo para analizar la situación global e individual de cada empresa.
Además, se expusieron sendos informes sobre la evolución del proyecto, el resultado de la visita del Rey Felipe VI a Arabia Saudí en enero y el acuerdo por el que se retrasa hasta el primer trimestre de 2018 la entrega de la infraestructura y el cliente -Saudi Railway Organization- pagará 150 millones por sobrecostes y otros. Está pendiente que Linklaters Dubai culmine la redacción para proceder a la firma.
Acuerdos y retos
La visita de Rey a Arabia Saudí también sirvió para desbloquear el pago de unos 111 millones que las autoridades saudíes adeudan al consorcio por las certificaciones acumuladas entre febrero y julio de 2016. A finales del mes pasado ya se había empezado a cobrar los primeros retrasos y se estaban actualizando las certificaciones.
A pesar de los avances en las negociaciones con el cliente saudí y el nuevo clima de entendimiento que, según las fuentes consultadas, reina en el seno del consorcio, el proyecto todavía tiene varios retos por delante, antes de su finalización. Por un lado, ven muy difícil cumplir con los nuevos plazos por los retrasos que acumulan las obras del consorcio chino-saudí.
Por ello, las empresas incluyeron una cláusula que les asegura compensaciones si las obras se retrasan más de 76 meses. Por otro lado, queda el reto de la operación de la línea, a cargo de Renfe. Arabia Saudí habla de 60 millones de pasajeros al año, una cifra que la propia Renfe ha rebajado a un máximo de 40 millones.
El consorcio abre oficinas en Cuzco
Etapa nueva, sede nueva. El consorcio de empresas que construye el AVE entre La Meca y Medina ha abierto oficinas propias en Madrid por primera vez desde su composición. El nombramiento de un presidente con dedicación exclusiva ha llevado a las empresas a alquilar parte de una planta en un edificio de la Plaza de Cuzco (frente a la sede de Adif en Madrid) para facilitar el trabajo de Segrelles y de su equipo de comunicación, así como para escenificar la independencia de cualquiera de las firmas. Hasta ahora el personal trabajaba desde la sede de Ineco.