
La calidad del aire sigue siendo una de las asignaturas pendientes de España. La Comisión Europea lo advertía en su informe anual sobre la política medioambiental en los países de la UE, y este miércoles envió un ultimátum a España en referencia a tres zonas: Madrid, Barcelona y el eje Vallès-Baix Llobregat.
Barcelona busca poner remedio a la mala calidad de su aire. La gran cantidad de vehículos en circulación provocan que la Ciudad Condal esté por encima de los niveles de partículas (PM10) y partículas más finas (PM2,5) recomendados por la Organización Mundial de la Salud, según datos publicados por el Ayuntamiento. Además, esos límites también se exceden en los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) de las zonas de tráfico internas. En concreto, los niveles de PM10 se han incrementado un 11 por ciento, mientras que los de PM2,5, un 16 por ciento.
Ante esta situación, el Ayuntamiento que dirige Ada Colau ha tomado una decisión que sigue el camino de otras grandes urbes europeas, como es el caso de París: prohibir la circulación de los coches más contaminantes por la ciudad. El proyecto prevé que aquellos vehículos que supongan un riesgo ambiental importante para la calidad del aire abandonen las calles de la ciudad en 2020. No obstante, todavía se desconoce qué clase de autos se verán afectados, pero parece que podría tratarse de aquellos que la DGT considere que son del nivel más contaminante, es decir, aquellos que no reciban ninguna etiqueta del organismo. La institución constata que en "los primeros resultados obtenidos en Barcelona", los coches "sin etiqueta -los más antiguos y contaminantes- no superarán el 30 por ciento".
Las medidas adoptadas por el ejecutivo de Colau difieren de las regulaciones ambientales tomadas por el Ayuntamiento de Madrid, en las que el énfasis se ha puesto sobre los picos de contaminación. El consistorio barcelonés explica que el problema de la polución en la capital catalana "tiene que ver con los excesivos niveles de contaminantes medios a lo largo del año y no solo con las puntas de contaminación". De hecho, Barcelona tiene una media de entre dos y cuatro picos de polución al año.
Alternativas sostenibles al coche particular
La alternativa al vehículo privado todavía es escasa. Más allá del taxi, han empezado a aparecer servicios de alquiler de vehículos privados respetuosos con el medio ambiente. De hecho, este tipo de movilidad ya lleva un año en funcionamiento en Madrid a través de Car2Go. La compañía de ?carsharing?, que lleva más de un año en funcionamiento, se ha consolidado en la capital española y cerró el 2016 con un incremento de 96.000 nuevos usuarios. Además, la compañía Emove ha empezado a operar también para hacerse un hueco en un nicho que, aunque minoritario, parece que se va consolidando en la ciudad.
Mientras que en Madrid parece que este modelo de transporte va consolidándose, Barcelona todavía no ha dado pasos adelante en el modelo de carsharing para los trasladas de un punto a otro de la ciudad. No obstante, ya han empezado a funcionar iniciativas como Bluemove, empresa que nació como startup y que desde mediados de 2016 forma parte de Europcar. La compañía opera en Barcelona desde hace pocos meses y la empresa afirma que "tenían muchas ganas de venir a Barcelona".
La empresa, que se congratula de la buena acogida que ha tenido, cuenta con un conjunto de aparcamientos repartidos por toda la ciudad, concentrados en su mayoría en zonas céntricas. Eso sí, el usuario debe devolver el coche al mismo garaje del que procede. El parque de coches ecológicos del que dispone la empresa es completamente híbrido. Una portavoz de la empresa explica que el negocio todavía no tiene coches eléctricos, puesto que "en Madrid no funcionaron bien porque se quedaban sin batería".
Bluemove explica que el sistema carsharing reduce "entre 13 y 15 coches privados" de la circulación. Además, el negocio considera que su iniciativa busca "recuperar el espacio urbano que los coches han quitado a los peatones". El servicio puede suponer un ahorro para los usuarios, ya que lo único que se paga es el precio por hora (2,6 euros por hora) y el kilometraje (0,25 euros por kilómetro). Los impuestos, seguros y combustible corren a cargo de la compañía.
La otra empresa que ofrece este tipo de servicio es la de Avancar, que ha anunciado, sin embargo, que deja Madrid. La compañía explica en un comunicado que la decisión se toma "con el fin de reducir gastos y ayudar a la rentabilidad, sumado al hecho de que operamos en un mercado altamente competitivo" con el objetivo de "centrar nuestros esfuerzos en el desarrollo de nuestra red en Barcelona".
Avancar ofrece servicio en Barcelona, l?Hospitalet de Llobregat y Sant Cugat del Vallès. El coche se reserva a través de una app, que localiza los puntos de estacionamiento de los vehículos. Además, la compañía considera que el uso de su servicio puede ahorrar al usuario 300 euros respecto a lo que costaría mantener un coche propio. La forma de funcionar es similar al de Bluemove, aunque en este caso el precio se paga por horas o por días.
Pero si algo hace típica la conducción barcelonesa es la gran cantidad de motocicletas, que sí son una alternativa para los traslados internos en la ciudad. Por eso, eCooltra ha puesto en marcha el servicio de motos eléctricas compartidas. "Las motos están libremente posicionadas y su ubicación se ve a través de una app", afirman desde la empresa. El vehículo está aparcado en la calle y el usuario encontrará dos cascos en su interior: "A la hora de aparcarla hay que dejarla dentro de un área". Los automóviles son ciclomotores de 50 céntimetros cúbicos completamente eléctricos, con lo que no generan ningún tipo de emisión: "incluso, el vehículo que lleva las baterías cargadas es eléctrico". El total del parque con el que cuentan en Barcelona es de 360 motos para un total de 30.000 usuarios. El servicio supone un ahorro para el bolsillo, puesto que el usuario sólo paga una tarifa de 0,24 euros por minuto. La compañía espera poder expandir su área de influencia por más municipios del Área Metropolitana en un futuro. Un portavoz de eCooltra explica que desde el Ayuntamiento se les ha apoyado en todo momento facilitándoles la convocatoria y la presencia en eventos.
Incluso los servicios ya consolidados de renting, como es el caso del bicing, han ampliado sus servicios con la flota de bicicletas eléctricas que la empresa puso en circulación en 2016. Asimismo, Colau prorrogó dos años el contrato con la empresa actual a la espera de tener lista la nueva licitación. El Ayuntamiento prevé que el nuevo contrato que están preparando incluya mejoras, como una mayor implantación territorial, más bicicletas o paradas mixtas en las que se puedan coger tanto bicicletas normales como eléctricas. El Gobierno municipal espera que las medidas fomenten el uso de la bici "como forma de transporte más sostenible y eficiente".
También está por ver qué éxito tendrán las app de redes de transporte privado, en las que el usuario puede reservar un coche con conductor para trayectos determinados. La empresa de Cabify ya está en funcionamiento tanto en Madrid como en Barcelona, mientras que Uber sigue ofrecer servicio en la Ciudad Condal por la falta de licencias de vehículos de arrendamiento con conductor.
En cuanto al transporte público, la ciudad todavía tiene retos, a pesar de que la oferta ?limpia? va en aumento. Barcelona cuenta con 146 km de vías de metro para un área metropolitana de 3.239.337 habitantes. Madrid, en cambio, cuenta con una red de 294 km para una población de 3.165.883 habitantes. Además, la extensión del tren suburbano se focaliza sobre todo en la ciudad de Barcelona y los municipios que forman parte de la comarca del Barcelonès, motivo por el que quedan al margen la mayoría de zonas urbanas de los alrededores.
El Metro de Barcelona suma además algunos problemas derivados de la lenta construcción de las líneas 9 y 10. La infraestructura, que todavía está construyendo el ramal central que debe conectar las áreas norte y sur ya operativas, inaugurará a principios de 2018 dos estaciones de la L10 en el Paseo de la Zona Franca.
La construcción se ha acordado gracias a los 40 millones que la Generalitat ha conseguido a través de la venta de inmuebles al Ayuntamiento de Barcelona.
Además, la extensión de las líneas de FGC y tranvía no son muy amplias y la mayoría de su recorrido pasa por municipios colindantes que conectan con la Ciudad Condal. A esto se suman los conocidos problemas de la red de Rodalies. La falta de inversión económica para modernizar unas estructuras ferroviarias obsoletas y con un flujo de circulación sobrecargada ha provocado que la red acumule retrasos, averías y cortes de circulación.
El parque de autobuses ha mejorado en cuanto a su eficiencia ecológica, puesto que Barcelona cuenta con una gran flota de vehículos sin emisiones contaminantes o con un nivel de las mismas muy bajo. De hecho, TMB ha informado de la incorporación de 50 automóviles híbridos para este año, que suman un total de 209 autobuses de este tipo.