
Los movimientos de los soberanistas y los constitucionalistas hacia las elecciones la próxima semana han copado la actualidad durante la última semana.
Los esfuerzos del independentismo para que todos sus líderes participaran en la campaña, ha chocado con la realidad después de que el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena citara a declarar a Jordi Sànchez, Joaquim Forn y Jordi Cuixart el próximo 11 de enero, lo que pospone su posible salida de la cárcel hasta después de Navidades.
No ayudó precisamente a rebajar la tensión en la campaña la vuelta a la unilateralidad con la que arrancaba ERC la semana, que la baraja como una posibilidad en caso en que el Estado no dialogue.
Pese a que Ciudadanos ve buenos pronósticos en las encuestas, queda en el aire la idea de un pacto constitucionalista. O eso parece después de que Miquel Iceta dijera no querer investir presidente ni a los independentistas ni a Inés Arrimadas. Esta misma semana, y ante el Cercle de Economía, Iceta rechazó revivir un tripartito con ERC.
Otro punto que ha ocupado muchos titulares los últimos días ha sido traslado de las obras de Sijena a Aragón, que los independentistas consideran un "expolio cultural". La decisión judicial avivó las movilizaciones contra el traslado, que impulsó la CUP. Joan Tardá, de ERC, también se reunió con los "protectores" que se manifestaban en contra del regreso de las obras a Aragón.
Asimismo, se conocieron nuevos datos sobre el impacto que la crisis económica está teniendo en la confianza de los empresarios. De acuerdo con una encuesta de Esade entre 123 directivos de compañías de todos los sectores y tamaños con actividad en Cataluña, más de la mitad han visto caer sus ventas entre septiembre y noviembre a causa de la inestabilidad política.