
Los empresarios catalanes se niegan a aceptar que la CUP pueda haber conseguido uno de sus proyectos: mantener paralizado el desarrollo de BCN World.
El no de los anticapitalistas al Anteproyecto de Presupuestos del Govern, que ha obligado a Carles Puigdemont a dar por finalizado el pacto que mantenía con ellos y a anunciar que se someterá a una moción de confianza en septiembre, incrementa las posibilidades de que el proyecto siga congelado sine die.
Esta larga espera, que ya se prolonga por más de un año, pone en riesgo el proyecto y que los inversores interesados acaben perdiendo la paciencia. De hecho, la opción de compra vence el próximo 10 de septiembre, pero la Generalitat confía en lograr una solución acordada con La Caixa. En todo caso, la concreción del acuerdo está condicionada a la aprobación definitiva del Pla Director Urbanístico (PDU) y la adjudicación de las licencias de casinos a los operadores que pongan sobre la mesa al menos 110 millones de euros para adquirir el suelo.
Los empresarios tarraconenses demandan a la Generalitat que adopte una perspectiva diferente y que aproveche su divorcio con la CUP justo para acelerarlo. "Entendíamos que estaba parado porque el Govern estaba trabajando en los Presupuestos y buscaba el apoyo de sus socios", explica Quim Sendra, presidente de Pimec en Tarragona. ?Pero ahora le pedimos que gobierne y que saque adelante el proyecto, que es tan importante para la zona, que está aprobado por el Parlament y que sólo está pendiente de que se descongelen ciertos trámites administrativos?, añade.
Desde la Generalitat reconocen que no existe ninguna previsión sobre cuándo se producirá el concurso del Centro Recreativo y Turístico de Vila-seca y Salou (CRT), que es como se conoce ahora a BCN World. Tampoco está claro cómo será el proyecto en el caso de que finalmente se reactive. En principio, tanto el ala convergente de Junts pel Sí, como la de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), estaban de acuerdo en mantener el proyecto, aunque realizando ciertos retoques. En una entrevista con elEconomista, Pere Aragonès, secretario de Economía de la Generalitat, reconoció que se estaban haciendo muchos esfuerzos para acercar posturas y que el proyecto saliera adelante, incluso descartó un posible referéndum. Desde que comenzara la legislatura, los movimientos de Carles Puigdemont, presidente de la Comunidad, también iban en esta línea.
En febrero se reunió con algunos de los posibles inversores y estos posteriormente reiteraron su interés. Así, Hard Rock International insistió en que planeaba inversiones, junto a Melco y sus socios, por 2.500 millones, que crearían 10.000 puestos de trabajo directos.
Para el presidente de Pimec en Tarragona, la capacidad de generar puestos de trabajo es una de las razones por las que el proyecto es crítico para la provincia. "Tenemos una tasa de paro más alta que otras zonas de Cataluña y CRT puede crear muchos puestos de trabajo". Sendra defiende que BCN World tiene capacidad para impulsar con fuerza el turismo de cruceros. "El proyecto ayudaría a mover de Barcelona a Tarragona a una parte de estos visitantes", señala.
Arma de negociación
A pesar del impacto económico para la zona, la crisis de Gobierno en Cataluña plantea serias dudas sobre el calendario y el proyecto. La Generalitat quería reformarlo, pero no se había concretado el cómo. Quim Sendra reconoce que no cuentan con información sobre el posible replanteamiento.
La dependencia de la CUP, no obstante, continúa siendo un gran hándicap. Puigdemont, si quiere mantener viva la hoja de ruta independentista, necesita su apoyo para aprobar la moción de confianza del próximo septiembre y BCN World no gusta a los cuperos. Así, en el documento de condiciones para apoyar los Presupuestos reclamaban que se paralizara el proyecto. Y esto complica que el president dé pasos antes de septiembre.