Casi dos años después del inicio de la pandemia, la ciudad de Barcelona todavía tiene un 27% de sus hoteles cerrados, pero confía en 2022 como año de mejora progresiva, si no surgen imprevistos, que permita recuperar la totalidad de establecimientos activos hacia abril-mayo. De todas formas, todavía quedará lejos de los niveles de ocupación y precios previos al Covid-19.
El presidente del Gremio de Hoteles de Barcelona, Jordi Clos, ha incidido en que la clave de la recuperación está en el retorno de los visitantes lejanos, como Asia y especialmente Estados Unidos, y se ha desmarcado de comparaciones con Madrid porque la capital catalana tiene una mayor dependencia del público internacional, tanto de ocio como de negocios, que suponen el 85% del total del turismo.
Barcelona ha iniciado el año con ocupaciones de entre el 8% y el 15% y niveles de precios un 50% por debajo de lo habitual, pero los hoteleros confían en el Mobile World Congress, a finales de mes, como punto de inflexión. Para entonces calculan que estarán abiertos un 80% de los establecimientos de la ciudad, con 10.000 habitaciones reservadas para el evento, como ya comunicó el ayuntamiento.
Las perspectivas para el verano pasan por una ocupación del 60% o 65%, entre 10 y 15 puntos por debajo de una temporada estival tradicional, pero teniendo en cuenta que ya estarán todos los hoteles abiertos.
Para poner estas magnitudes en contexto, se sitúan al nivel del mejor mes de 2021, que fue octubre, con casi el 65% de ocupación pero solo el 67% de establecimientos abiertos. El verano de 2021 se saldó con una ocupación del 50% y solo la mitad de los hoteles operativos.
Respecto a la coyuntura actual, el gremio sitúa a Barcelona en línea con otras capitales internacionales que dependen del visitante extranjero y combinan ocio y negocios, como Nueva York, Tokio, Milán, Roma y Ámsterdam.
"Dejar de decir no"
Clos ha incidido en que con la desaparición del turismo se ha demostrado lo importante que es para la ciudad de Barcelona, y por eso desde el Ayuntamiento "hay que dejar de decir no" a palancas de crecimiento como la ampliación del aeropuerto, una franquicia de la pinacoteca rusa Hermitage, la manzana de los museos o cadenas hoteleras internacionales de lujo como Four Seasons (que ha abierto finalmente en Madrid) o Hyatt, para que Barcelona vuelva a estar en el Top10 de ciudades internacionales. En este sentido, ha instado a buscar oportunidades porque "hemos perdido alguna etapa pero sigue la carrera".
"El año 2022 no será como el 19 pero ya estaremos fuera de la situación angustiante", ha pronosticado Clos, apuntando a una "recuperación progresiva" del turismo de ocio y especialmente de negocios, ya que tras el Mobile World Congress están previstas otras grandes citas como Alimentaria, SeaFood, ISE, el Congreso Europeo de Cardiología e IBTM, además de reuniones corporativas en hoteles en ascenso.
"La recuperación no será de un día para otro, pero la tendencia es de mejora", ha remachado, tras recordar que los hoteles de Barcelona han dejado de facturar 2.500 millones desde que estalló la pandemia.
Los ingresos anuales pre-covid rondaban los 1.700 millones, lo que supone una caída en estos casi dos años del 73,5% de la facturación. Se trata de un cálculo revisado tras agregar datos, ya que el pasado verano llegaron a estimar una caída acumulada de 2.700 millones.