
Dentro de unos días, el próximo 14 de marzo, el estado de alarma por la llegada del coronavirus a España cumplirá un año, y desde entonces se han sucedido varios periodos con distintos grados de confinamiento y restricciones a la actividad económica que en Cataluña todavía suponen grandes limitaciones, por lo que el tejido productivo está llegando a situaciones límite y reclama más apoyos y levantar medidas que en algunos casos ven arbitrarias e inefectivas para frenar contagios.
En 2020, el PIB de Cataluña cayó un 11,4%, especialmente castigado por el descenso del 11,6% del sector servicios -que supone el 74% del PIB total de la región-, fuertemente dependiente del turismo por ser tradicionalmente el primer destino de los visitantes internacionales de España. Pese a que no todos los sectores han sufrido la pandemia con la misma severidad, y de hecho hay quienes han mejorado sus cifras gracias a los cambios en la vida de las personas, la gran mayoría recordarán 2020 como un año negro y la recuperación en 'V' es poco más que una utopía en un 2021 que no despierta optimismo.
Entre los sectores más afectados están, por ejemplo, la restauración y los alojamientos turísticos. En Barcelona, el Gremio de Restauración no da cifras concretas de pérdidas porque la pesadilla todavía no ha terminado, pero Roger Pallarols, su presidente, no duda en afirmar que "cerramos un año [2020] negro". "Desde el punto de vista económico es un año fallido. Cada día hay más destrucción empresarial, más desocupación y se constata que Barcelona queda en una situación muy preocupante", asegura. "Queda patente la ineficacia y la nefasta gestión política que ha habido de la crisis en el caso de Barcelona y Catalunya, donde no se ha encontrado el modo de estabilizar el funcionamiento del sector. No se ha encontrado un equilibrio entre gasto y el bajo nivel de ingresos", añade. Pallarols no sabe con exactitud cuántos establecimientos han cerrado para no abrir nunca más, pero sí estima que la cifra, en el momento de la redacción de este reportaje, ronda el 25%.
Hay 1,04 millones de trabajadores catalanes en Erte, la mayoría en la restauración
"Antes del Covid había unos 9.500 locales en Barcelona y a día de hoy creemos que un 25% ha cerrado definitivamente", confirma antes de lanzar un vaticinio poco menos que horroroso. "Si no se pone freno a estas políticas de restricciones la cifra puede llegar a multiplicarse y se podrían perder alrededor del 50% de los establecimientos", admite. Dicho de otro modo, uno de cada dos restaurantes podría cerrar.
Desde el turismo, hoteles y apartamentos turísticos han visto como su negocio se ha hundido ante la falta de turistas extranjeros. Desde el Gremio de Hoteles de Barcelona confirman que solo hay abierto un 24,89% de los establecimientos, 109 en la ciudad, concretamente. Desde Apartur, la Asociación de Apartamentos Turísticos de Barcelona, Enrique Alcántara, su presidente, explica que el año ha sido malo por la ausencia de turistas extranjeros y que "hay empresas que están al límite porque llevan perdiendo dinero desde el pasado mes de marzo". Alcántara espera que, a partir de 2021, "la mejora sea progresiva" y confía en que, por sus características, "el apartamento turístico sea el más demandado cuando se reactive el turismo". "Cada apartamento generaba, de media, 3.000 euros mensuales de impuestos, tenemos que mantener las empresas sea como sea", acaba. "2020 fue terrible", añade David Riba, presidente de Federatur, el equivalente de Apartur a nivel catalán. "Las caídas de la facturación fueron de entre el 70% y el 80% respecto a 2019 y la mayoría del personal sufrió Ertes". Para 2021, Riba admite que "hasta que no mejore la situación no sabemos cómo será la recuperación, si parecida a una 'V' o más lenta. Tendrá mucho peso el turismo intercontinental".
Más allá del turismo y la restauración, sectores como el deportivo y el comercio también han sufrido sobremanera, así como la industria, que ha visto caer su producción y sus ventas de un modo importante. Fuentes del Indescat, el clúster catalán del deporte, consultadas por elEconomista confirman que las pérdidas para el sector deportivo en 2020, en comparación con 2019 fueron de 272 millones, dejando de facturar aproximadamente 193 millones de euros más por la cancelación de eventos y el cierre de servicios. El sector deportivo dejó de aportar 892 millones de euros al VAB catalán. Con datos actualizados al 7 de febrero, en 2021 ya se han dejado de facturar 118,5 millones de euros. "Muchas empresas no pueden resistir más y todavía quedan meses de obstáculos por delante", lamenta Anna Pruna, presidenta del Indescat. "Si el Gobierno no rectifica, no quedará nada por salvar", añade. En lo referente a la industria, el ejemplo de Seat sirve de indicador, si bien sus números son mucho mejores que los de la mayoría de empresas catalanas, pese a haber caído. La automovilística cerró 2020 con 350.000 coches producidos, un 30% menos respecto a 2019, y para 2021 espera ensamblar 483.000 unidades, lejos de las más de 500.000 del mismo 2019. Las ventas totales, en todo el mundo, alcanzaron los 427.000 coches, un 25,6% menos respecto al año anterior.
En cuanto al comercio, según Barcelona Oberta, la unión de ejes comerciales de la Ciudad Condal, la intención de cierre de establecimientos acumula, desde el primer estado de alarma, el 38%, debido a la pérdida del 70% del tráfico de peatones respecto al 2019. Según la entidad, la caída de ventas el último trimestre de 2020 fue de más del 50% en el 68,8% de los establecimientos y el 88,4% de los locales tiene parte de la plantilla en Erte.