
Educa Borrás, la histórica compañía que ha sido artífice de juegos como el Lince o Magia Borrás, cambia de manos tras más de 50 años de vida. El fondo Cheyne Capital, un inversor ávido y especializado en entrar en operaciones oportunistas, acaba de tomar la mayoría del capital de la firma catalana en una operación en la que ha inyectado liquidez tras llegar a un acuerdo con la propiedad y también con los actuales prestamistas, según explican distintas fuentes consultadas por 'elEconomista.es'.
La operación, en la que el fondo con sede en Londres (Reino Unido) ha trabajado "de forma constructiva con el resto de las partes interesadas para ofrecer una solución a la empresa", según fuentes del proceso, dará como resultado un balance desapalancado y dotado de la liquidez necesaria para que la empresa logre sus objetivos de crecimiento. La operación ha sido asesorada por Alvarez & Marsal desde su oficina de Barcelona.
Cheyne, que articula su operación desde su brazo Strategic Value Credit (SVC), toma así participación de nuevo en el capital de una empresa española. Hace años aterrizó en la cadena de helados La Menorquina, primero desde la deuda sustituyendo a la banca y más tarde capitalizándola y dando salida al fondo Black Toro. Ahora, en cambio, toma una participación mayoritaria, casi de la totalidad, tras adquirir los títulos de los tres accionistas mayoritarios actuales (José Maxenchs, Jorge Moya y Florenci Verbon) y llevar a cabo una ampliación de capital.
El personal directivo clave de la empresa catalana instalada en Sant Quirze de Vallés seguirá participando del día a día de la gestión. Los términos financieros de la adquisición no han trascendido, si bien fuentes del mercado indican que podría rondar los 20 millones de euros. Educa Borrás y Cheyne Capital declinaron realizar comentarios.
El vehículo de la gestora se hizo también con la deuda del grupo juguetero, pero las entidades bancarias que hasta ahora tenían la mayor parte del pasivo seguirán garantizando las necesidades de circulante.
Resultados
Las últimas cuentas de Educa Borras SAU disponibles en el Registro Mercantil corresponden al año 2023, momento en el que la empresa perdió más de un millón de euros y se vio lastrada por el impacto del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y el consiguiente encarecimiento de los combustibles fósiles y de las materias primas. Como respuesta, la compañía mejoró los procesos de producción con el objetivo de incrementar la capacidad productiva, al tiempo que se llevó a cabo una reducción de los costes.
Las voces consultadas apuntan que en el último ejercicio cerrado de la compañía correspondiente al año 2024 se lograron unos ingresos de 30 millones de euros y un resultado bruto de explotación (ebitda) de tres millones de euros. La cifra de negocios, no obstante, está lejos de la registrada en 2022, año en el que el grupo alcanzó los 40 millones de euros de ingresos, lo que supuso "los mejores resultados de su historia", según sus gestores.
Crisis del juguete
La operación entre Cheyne y Educa Borrás se une a un goteo de transacciones que en los últimos años han protagonizado fondos y grupos industriales tratando de dar una nueva vida a las compañías jugueteras, que sufren un cambio en los hábitos de consumo de los más pequeños a nivel mundial. Solo en 2024, Juguettos adquirió la marca de la quebrada Poly Juguetes y nueve de sus tiendas, mientras que IMC Toys, la dueña de la enseña Bebés Llorones, entró en concurso y su unidad productiva fue a parar a manos de la china Wui Ming.
Algo similar sucedió con Party Fiesta, de la gestora española Suma Capital, que no pudo salvarse y bajó la persiana hace un año. El pasado verano, además, Famosa recibió muestras de interés en el marco de la reestructuración de su matriz, la italiana Giochi Preziosi, que previamente se sentó con la banca para poner en orden su deuda en el mercado nacional para salvar la última temporada de Navidad.
En el extranjero se han sucedido operaciones similares. El fabricante alemán Schleich fue comprado por la firma francesa Ardian a su propietario, HgCapital, y Small Toys fue sacado de la bancarrota tras recibir una oferta de Rivenrock Capital. En Reino Unido, el mayor fabricante de juguetes, Vivid, fue vendido al fondo de capital riesgo londinense.