
We Are Knitters (WAK), la compañía nativa digital especializada en la venta de ovillos de lana por internet que convenció a fondos como Corpfin Capital o Bewater para invertir en el proyecto, afronta un proceso de venta crucial para su futuro. La compañía fundada y participada por Pepita Marín y Alberto Bravo, exconsultores de PwC, han solicitado la entrada en concurso de acreedores de la compañía, después de salvarla durante el pasado año con una última ampliación de capital, según explican distintas fuentes consultadas por 'elEconomistaes'.
La compañía, no obstante, ha entrado en los juzgados de lo mercantil de Madrid bajo una fórmula poco habitual y disponible desde la reforma de la Ley Concursal: el 'prepack'. Consiste en pedir el concurso de acreedores con anticipación y llevando adjunta a la solicitud una oferta de compra por la unidad productiva, como ya hicieron otras empresas como la cadena hotelera Room Mate o la empresa de salud capilar Svenson.
En el caso de We Are Knitters, que ha tenido a la firma de servicios profesionales Abencys como mediador durante el proceso y a Alvarez & Marsal como asesor, existen distintos interesados en sus activos, si bien ninguna de las fuentes consultadas pudo identificarlos. En cualquier caso, Pepita Martín, que ejercía como consejera delegada, además de fundadora, ha acordado seguir en la compañía durante la próxima etapa para llevar a cabo un periodo de transición.
La oferta que se ha impuesto es la que ha garantizado más dinero para los proveedores y el mayor compromiso para mantener puestos de trabajo durante los dos próximos años. La banca, entre la que figuran Banco Santander y BBVA como las entidades más expuestas -CaixaBank, Bankinter, Sabadell e Ibercaja figuran en el pool de manera menos significativa-, considera que no cubrirá tampoco su posición tras el cambio de manos.
La operación supone que los fundadores pierdan el control de la compañía, de la que tenían aproximadamente el 43% de la empresa. Otros inversores de renombre que figuran en el accionariado desde su entrada en las rondas de financiación previas a la caída de la compañía son Cabiedes & Partners, Derbaix Ventures o Bewater Funds. Reconocidos directivos como Javier Monzón, expresidente de Indra y Prisa, y Santiago Bau, director general corporativo de El Corte Inglés, también invirtieron a título personal en WAK, según publicó 'El Confidencial' en 2024.
Reestructuración
La empresa, que se subió a una tendencia que tuvo origen en Estados Unidos y llegó a protagonizar un crecimiento sin precedentes durante el confinamiento que trajo la pandemia del Covid-19, ha vivido un declive de su negocio en los últimos años. De hecho, ya el pasado año logró reestructurar su deuda y homologarla ante el Juzgado de lo Mercantil nº 02 de Madrid. La medida pasó también por adecuar el perímetro de la empresa tras haber vivido años de expansión hacia otros mercados como el de Corea del Sur, Finlandia, Rusia o Chile.
El plan de supervivencia, que fue supervisado por Hint, contenía una propuesta "razonable para evitar el concurso y asegurar la viabilidad de la empresa a corto y medio plazo", de acuerdo a la documentación judicial consultada. No obstante, el posterior desempeño de la compañía, que seguía afectada por unas menores ventas respecto a la pandemia, echó por tierra las proyecciones establecidas.