
Merkal, firma de calzado femenino con 200 establecimientos en España y propiedad de OpCapita, fondo de capital privado británico especializado en el sector retail, se sienta con la banca para reordenar su pila de deuda. La compañía española que tiene una extendida presencia en Barcelona se ha puesto en manos de Kroll para negociar con distintas entidades financieras un nuevo calendario de pagos y condiciones, según distintas fuentes consultadas por 'elEconomista.es'.
Las mismas voces añaden que la banca española trabaja de manera conjunta con EY. La previsión es que se llegue a un acuerdo en los primeros compases de 2025, habida cuenta del buen avance de las negociaciones para ordenar el tramo del pasivo comprometido, que asciende a 30 millones de euros. Este medio trató de contactar con Merkal, pero fue imposible recabar su versión al cierre de este artículo.
La compañía trata de capear el temporal después de que OpCapita, conocido en España también por haber sido propietario de la cadena de congelados La Sirena hasta 2021, diese un balón de oxígeno a la compañía en el último año. Lo hizo a través de una inyección de capital que tenía como objetivo "reforzar la capacidad financiera de la empresa", según consta en el último informe disponible en el Registro Mercantil.
Al margen de esta medida, el propietario puso en marcha una reducción en más de dos millones de euros de las inversiones previstas en el siguiente ejercicio y firmó una línea de crédito para "reforzar su capacidad financiera y sus filiales". El fondo británico es el principal accionista de la cadena desde 2017, cuando se la adquirió a la francesa Vivarte SAS a través de su vehículo OpCapita Consumer Opportunities Fund II.
Las mismas cuentas arrojan que la compañía dirigida por Luis González Herrero, ex de Springfield, logró 121 millones de ventas en 2023, la mayoría localizadas en el norte de España. La cifra representa una ligera mejora respecto al año anterios (117 millones de euros), si bien está lejos del negocio que Merkal lucía cuando fue adquirida por Op Capita. La compañía, no obstante, entró en pérdidas en el mencionado ejercicio y registró un resultado de explotación negativo.
La compañía achaca este resultado a los costes logísticos, por un lado, y los de la energía, por otro. Sobre el primero afirma que están derivados del incremento de costes de los contenedores, mientras que de los segundos achaca el mal rendimiento a los mayores precios de la luz en el primer semestre del ejercicio 2023.
Para 2024 la compañía esperaba no tener estos impactos, que superaban el millón de euros, y un ahorro de costes por la aplicación medidas correctoras en la estructura. El tercer aspecto que invita al optimismo es la mejora de la actividad derivada de la tendencia de mercado hacia el comfort en la que la empresa ha apostado fuertemente.