Capital Riesgo

Elanco, Zoetis, Delivery Hero..., así actúan los fondos activistas que han irrumpido en Grifols

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Suman 6.000 millones de dólares en activos bajo gestión y atesoran 466 millones en Grifols que les hacen tenedores del 7,69% del capital. Mason Capital, Sachem Head y Flat Footed tienen desde esta semana voz y voto en el consejo de la farmacéutica, donde irrumpieron al calor de la posible opa de Brookfield. Su hombre en el órgano decisorio, Paul Herendeen es, sin duda, su candidato ideal, dado que suma un largo historial en otras compañías han recibido a inversores de este tipo y que han producido cambios significativos en su gobernanza.

Herendeen fue elegido en 2020 por uno de estos fondos, Sachem Head, para representarle en Elanco Animal Health, compañía farmacéutica estadounidense que produce medicamentos y vacunas para mascotas. La gestora, que tiene bajo gestión activos por más de 3.394 millones de dólares, tomó una inversión de 1.200 millones de dólares y actualmente es uno de sus máximos accionistas. Junto a Herendeen aterrizó Scott Ferguson, que dos años después anunció su adiós del consejo debido a que "reorientarán su tiempo hacia otros compromisos del directorio de Sachem Head".

Más ruidosa fue la entrada de Herendeen con Sachem en Zoetis, otra compañía farmacéutica estadounidense centrada en el mundo animal. El fondo se apoyó en esta ocasión de otro activista, Pershing Square, del archiconocido Bill Ackman, y tomó una participación de 2.000 millones de dólares. El 'stake' le sirvió para nombrar a dos miembros del consejo -uno de ellos Herendeen-, impulsar mejoras operativas y explorar operaciones corporativas. Una de ellas, según Dow Jones, fue la posible venta a un gran fabricante de medicamentos como Valeant Pharmaceuticals International.

Sin contar con Herendeen, Sachem también ha apostado por revertir el orden establecido en empresas europeas. El caso más reciente ha sido Delivery Hero, el gigante de comida a domicilio que es dueño de Glovo. Sachem Head tomó inicialmente una participación del 3,6% en la cotizada alemana y reclamó un puesto en el consejo. Bloomberg y Reuters apuntaron a que su intención era entrar con fuerza, pues entre sus objetivos estaba destituir al consejero delegado Niklas Oestberg.

Mason Capital

Si hay un fondo que ha irrumpido con fuerza en Grifols ha sido Mason Capital. Esta gestora, fundada en 2000 por los financieros Kenneth Garschina y Michael Martino, ha enviado de manera tres cartas en menos de dos meses y ha señalado además a Tomás Dagá, consejero de la compañía y miembro del despacho Osborne Clarke, el bufete que históricamente ha asesorado a la familia y la empresa. Mason considera que el veterano vocal es uno de los responsables del mal desempeño de la compañía en bolsa en el último año y ha recibido el apoyo de otro grupo de fondos representados por el despacho Araoz y Rueda.

Este mismo año, Mason Capital lideró a otro consorcio que acordó adquirir el negocio de soluciones de almacenamiento de McDermott International, un proveedor de soluciones de ingeniería y construcción para la industria energética que está presente en más de 54 países. La unidad comprada (CB&I) es un diseñador y constructor líder de instalaciones de almacenamiento, tanques y terminales con 130 años de historia. "Nos complace haber llegado a este acuerdo para adquirir CB&I y actuar como futuros administradores de la misma", afirmó Mike Martino desde Mason.

Lo cierto es que Mason no siempre llega a acuerdos amistosos. Este mismo mes de abril, el fondo recibió el apoyo de la Corte Permanente de Arbitraje de los Países Bajos para que el gobierno de Corea del Sur le indemnizara. El motivo: una disputa relacionada con la fusión de dos filiales de Samsung en 2015, Samsung C&T y Cheil Industries. Mason Capital había reclamado inicialmente 200 millones de dólares, argumentando que la influencia gubernamental llevó al Fondo Nacional de Pensiones a aprobar esta operación corporativa y causar así daños a sus inversores.

Flat Footed

Tras la primera oleada de Mason Capital, fue Flat Footed quien tomó el relevo a la hora criticar la gestión de Grifols. Asesorado por el despacho Baker & McKenzie, remitió una nueva carta al consejo para advertir que el nombramiento de Herendeen distaba mucho de ser suficiente y disparó de nuevo a Tomás Dagá y el ecosistema de la cotizada por los "persistentes conflictos de interés del consejo ponen de manifiesto la necesidad de una pronta revisión de la gobernanza" que incluso calificó de "escándalos de gobierno corporativo".

Flat Footed está también acostumbrado a irrumpir en compañías en situaciones especiales, pidiendo cambios en la gobernanza o movimientos corporativos. Un ejemplo claro fue cuando el año pasado se opuso públicamente a la fusión de Diversified Healthcare Trust y Office Properties Income Trust, dos firmas inmobiliarias, teniendo el 9,8% del capital de la primera. Logró su propósito y ambas compañías rompieron el acuerdo que habían alcanzado.

El fondo liderado por Marc Andersen y Paul Carpenter tenía 869,6 millones de dólares en activos bajo gestión a cierre del año pasado, según datos de la Securities and Exchange Commission (SEC). El portafolio, eso sí, superaba los 1.600 millones de dólares en septiembre. No solo con su estrategia activista, también en firmas "de alto riesgo" o a través de apuestas bajistas.

Los activistas en la bolsa española

El selectivo club del Ibex 35 ha recibido en los últimos años a distintos fondos de corte activista, que han visto en un momento convulso de la compañía la perfecta oportunidad de sacar tajada. Empresas como Aena, Indra e incluso Telefónica han estado bajo el radar de estos inversores. Quizá el nombre más conocido haya sido el de Amber Capital, fondo que irrumpió en Prisa para forzar el cese de su presidente, Juan Luis Cebrián, o en Indra, donde, junto a Sapa y Sepi, cambió en una junta el consejo de administración con el cese de distintos independientes.

El segundo nombre conocido es el de TCI, presente en Cellnex, Ferrovial y Aena. En el gestor aeroportuario, desde su entrada en el consejo de administración y su renovación ha promovido políticas de transparencia y gobernanza, principalmente el plan de acción climática. En Cellnex, sin embargo, subió el pulso y promovió el cese de su entonces presidente, Bertrand Kan.

Aunque no llegó a materializarse, la sombra de otro activista, Elliot, se extendió sobre Telefónica. Este fondo, dirigido por el multimillonario Paul Singer y conocido por haber promovido el cese del fundador de Twitter (ahora X) de su propia compañía, entre otros, sonó como posible nuevo accionista de la operadora de telecomunicaciones, si bien nunca llegó a materializar sus planes.

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