Capital Riesgo

Amber negocia 900 millones de deuda con la banca para financiar la opa sobre Applus

  • Con la adquisición y la nueva financiación prevista, el pasivo sería de 1.675 millones por los 880 millones actuales 
  • Fitch advierte del alto apalancamiento, que será de 5,5 veces ebitda a cierre de 2025 
  • Hay 375 millones vinculados al contrato de Idiada, la concesión de la Generalitat que debería ganar en las próximas semanas 
Edificio corporativo de Applus. EE
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A las puertas de la primera junta de accionistas que Applus tendrá en el próximo mes, el consorcio formado por TDR e I Squared empieza a dar forma a la deuda con la que financiará la adquisición de la compañía. La alianza ha emprendido las negociaciones con la banca para un crédito de 900 millones de euros. El paquete no será el último: la intención es alcanzar los 1.695 millones entre entidades financieras y bonos en los próximos meses.

Según dos informes elaborados por Fitch y S&P a los que ha tenido acceso elEconomista.es, Amber (el vehículo formado por los dos accionistas) prepara la firma de un nuevo préstamo que sirva para refinanciar la deuda existente –rondaba los 880 millones al cierre de 2023- así como pagar futuras adquisiciones o dar respuesta a las necesidades de la compañía. Debtwire añade que los fondos trabajan de la mano de Barclays, Morgan Stanley y Crédit Agricole CIB para la operación como asesores principales.

El instrumento se firmará a cinco años y ligado a un índice de referencia por determinar (euribor o libor) + el 4,25%. Fitch le asignó una nota de B+ a la empresa y de BB- al programa (ambos especulativos) y S&P le otorgó un BB- a ambos ítems.

Como teóricamente Amber no podrá pasar a Applus más deuda que los 880 millones aproximadamente actuales, la diferencia estará en manos del tándem inversor, que deberá devolverla y hacer frente a los intereses con los dividendos percibidos.

De ellos, 375 millones estaría supeditados a hacerse con la concesión del circuito de pruebas Idiada, de la Generalitat de Catalunya. El contrato está prácticamente asegurado tras conocerse la retirada de TÜV Rheinland del concurso y quedarse como único postor. Además, la alianza estaría en disposición de elevar el paquete total de deuda hasta los 1.695 millones de euros.

Fuentes financieras explican que la cantidad restante se financiará con bonos, para los que está previsto que el folleto se emita en las próximas semanas. Con toda esta estructura, Fitch advierte del alto apalancamiento en el que quedará la compañía, con una ratio deuda/ebitda de 5,5 veces para finales de 2025 frente a las 2,4 veces en las que cerró el ejercicio pasado. "Esperamos que el apalancamiento mejor gradualmente a menos de 5 veces en el medio plazo por una modesta mejora en el ebitda", añade. La media del Ibex en 2023 era de 2,1 veces.

Con todo, se espera además que Applus acometa nuevas adquisiciones en países emergentes, aunque con un "impacto limitado en el apalancamiento".

Un historial de compras apalancadas

TDR es ya un experto en adquisiciones apalancadas, las denominadas leverage buyout (LBO). Y aunque evidentemente no en todos los casos esta deuda ha terminado por generar tensiones financieras, sí ha sucedido en varias ocasiones.

El mayor ejemplo, la adquisición de la cadena de supermercados británica Asda a Walmart, la tercera del país en 2021 de la mano de los hermanos Issa por 6.800 millones de libras, la mayor operación de este tipo en una década. Según explicó el Financial Times, la cantidad aportada por los compradores fue de 200 millones de libras, saliendo el resto de la venta de activos y la deuda.

De hecho, la compañía refinanció en mayo 3.200 millones de libras hasta la próxima década. Los intereses del pasivo de Asda fueron de 225 millones de libras en 2023, un año en el que ganó más de 1.000 millones de libras a pesar de perder cuota de mercado.

Más dudas hay sobre otra de las participadas, Stonegate Pub Company, el mayor grupo de pubs y bares de Estados Unidos que, por el momento, no ha logrado refinanciar una deuda de 2.200 millones de libras que vence en junio de 2025 –el pasivo total son 3.000 millones de libras y los costes financieros en 2023 fueron de 300 millones-.

"Dado que los planes de refinanciamiento no se han ejecutado, hay indicios de que existe una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad de la compañía y del grupo para continuar como una empresa en funcionamiento [...]", dijo en abril Stonegate en declaraciones recogidas por The Guardian.

Con el grupo de cruceros noruego Hurtigruten, la última reestructuración de deuda implicó que S&P le otorgase una calificación de SD, la segunda más baja y ya considerada como impago. En febrero, la compañía nórdica captó 205 millones y aplazó vencimientos. "En nuestra opinión, la transacción ofrece a los prestamistas menos de lo que se les prometió originalmente y, por lo tanto, equivale a un impago", dijo la agencia de calificación en su nota.

Sí es cierto que la firma turística volvió a generar cash flows y un ebitda positivo en el primer trimestre de 2024 fruto de la operación financiera.

En el caso de Applus, la situación tiene matices al ser todavía una empresa cotizada –las otras son compañías privadas- y tiene al fondo Apollo con más de un 20% del capital como minoritario, con el que no puede hacer un squeeze out –una exclusión- al no llegar al 90% requerido por ley.

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