
Zrive echó a andar en 2022 con vocación de preparar a jóvenes para superar procesos de selección en sectores, como el de la banca de inversión, donde factores como la agenda pesan más de lo esperable. Combina un Campus con formación en contenidos útiles y prácticos y la valiosa conexión con empresas líderes en sus sectores para servir de trampolín.
"Zrive se funda en julio de 2022 con la idea de solucionar un problema que yo, y también mi cofundador, habíamos vivido en nuestra carrera profesional. Los dos somos de Oviedo, estudiamos en Oviedo y nos dimos cuenta de que, a la hora de acceder al mercado laboral, tu universidad de origen importa más de lo que debería", confiesa Eduardo Riera como el gran estímulo para embarcarse en el proyecto. Como suele ocurrir con los emprendedores, un problema les empuja a buscar la solución. El cofundador de Zrive se trasladó de Oviedo a Madrid para arrancar la carrera profesional y recaló en Deloitte para encadenar después con BBVA y Citi, donde descubre que la mayoría de las incorporaciones llegan desde Icade, Cunef o Esade.
De Citi Madrid se muda al grupo en la City londinense donde pasará también por el fondo Blackstone o el hedge fund neoyorkino Taconic y madura el análisis: "Te das cuenta de que, para acceder a estas empresas, te miran tres cosas: la universidad de la que vienes. También ayuda mucho la información a la que accedes a través de tus amigos, de tus compañeros de clase, etc; y además ayuda el "a quién conoces". Nos parecía que este acceso no es justo porque no se premia tanto el talento sino otras cosas y decidimos montar Zrive para que el acceso dependiera más del talento que de tus contactos o de quien sean tus padres".
¿Por qué son tan determinantes? "Yo ahora doy muchas charlas en las universidades y en Icade todo el mundo sabe qué es McKinsey o Goldman Sachs. El caldo de cultivo que hay está muy orientado a preparar a la gente para esas carreras. Pero yo estudié en Oviedo y hasta que fui de Erasmus a Maastricht no conocía nada de las empresas. Luego hay otra parte de conocimiento práctico. Los procesos de selección en este tipo de empresas son bastante exigentes, pero son bastante preparables. Si te entrevistas para un puesto de M&A o de capital markets es bastante fácil saber, a priori, lo que te van a preguntar, y nada de lo que te preguntan se cubre en la universidad. Esos centros sí que tienen programas un poco más prácticos y si lo sumas al caldo de cultivo entre los alumnos, todo eso hace que lleguen más preparados a las entrevistas", explica.
Carencias lectivas
Son factores que lamenta que cubren pocas escuelas de negocio: "A nivel Europa, y si nos centramos en banca de inversión, hay tres business schools muy buenas: London Business Schools, HEC París y Esade, que sí que están muy enfocadas a colocar a la gente en nuestros sectores y el resto lo intentan, pero creo que están uno o dos escalones por debajo". La razón que detecta es que "lo más importante para la educación superior es la selección inicial de alumnos" y la educación adolece de "una clara tensión entre rentabilidad económica y ser muy selectivo" porque tiene unos costes fijos que se optimizan a mayor número de estudiantes. "Si quieres -sostiene- montar una institución educativa de formación que coloque a la gente en sitios verdaderamente buenos no puedes perseguir solo el motivo económico porque entonces te la cargas y eso está pasando en algunas instituciones en España. Muchas business schools con mucha fama están perdiendo el estatus de target school porque están bajando mucho el nivel en pro del beneficio económico".
Justo aquí juega la partida Zrive con la estrategia de combinar un Campus, donde se crea comunidad, se genera información y se cuajan contactos, con programas de formación asequibles y centrados en los contenidos que demandan las compañías para estudiantes que superen un exigente proceso de selección asimilable al que encontrarán en el mundo empresarial. "Si seleccionas a gente muy buena, muy motivada, esa clase se retroalimenta y hace que suba el nivel de todo el mundo". El campus, que actualmente dispone de unos 600 suscriptores, opera como una plataforma donde acceden a charlas de empresas, materiales de cómo preparar procesos de selección, eventos y ofertas de trabajo. Y otorga máxima importancia a tejer relaciones con las empresas y contactos por otras vías: los profesores no son personal académico, sino profesionales que trabajan en los sectores, y se vuelcan en acercar a las empresas al centro y compartir sus ofertas de trabajo. "Las empresas nos dicen que es muy difícil trabajar con universidades y nosotros decimos: os ponemos la alfombra roja, venid y haced las presentaciones cuando queráis", expone. Zrive ha colocado el foco en banca de inversión, consultoría estratégica, abogacía y data science y, entre otras empresas, ha tenido presentaciones con firmas como Bank of America, Citi, Stantander, Green Hill, PJT (unidad de reestructuring de Blackstone), McKinsey, BCG, Bain, Oliver Wyman o los despachos Uría y Cuatrecasas.
Temarios innecesarios
Compite además en precio centrando los programas en el temario que define como útil en la conversación con las empresas. Oferta cursos de entre 10 y 14 semanas a un coste de entre 1.200 y 1.500 euros frente a los 20.000-50.000 de máster en otros centros con un año de duración. "Para dar un certificado de máster que te permita dar el título oficial el regulador obliga a dar un mínimo de horas, pero el 90% de las cosas no te van a servir. Eso es algo con lo que queremos romper un poco. Si miras lo que está pasando en EEUU, sobre todo en el sector tecnológico, a la gente le da igual los títulos oficiales y hay ciertas escuelas y programas con una fama superbuena y creo que va a pasar cada vez más porque es ridículo lo de tener que hacer títulos oficiales que meten paja y suben el coste de educación una barbaridad. Si haces programas enfocados, seleccionando a la gente bien y dándoles caña están más que preparados", sostiene.
Una llave imprescindible es, en cualquier caso, el trabajo previo del estudiante y que resume en seis grandes capítulos: "La universidad de origen, aunque las empresas están intentando que no sea tan así, y las notas, porque si saca buenas notas en una carrera demuestra que no puede ser tonto, por así decirlo, es una persona constante y que ha trabajado para conseguirlas y que ha entrado en un juego que es la universidad, con una serie de normas que es sacar notas y lo has hecho porque el mundo profesional es así".
Valoran las experiencias internacionales "porque en las empresas es bastante habitual la movilidad entre Madrid, Nueva York, Londres" y demuestra que el candidato está cómodo en ambientes distintos; valoran tener prácticas y "todas las actividades en la universidad extraacadémicas, sobre todo, si te dan ciertas dotes organizativas y la formación adicional". En idiomas el inglés se da por hecho con un nivel de conversación fluida. "Centrándonos en banca de inversión, buscan gente lista, rápida de cabeza, con capacidad de trabajo y que se haya preparado con los contenidos adecuados", resume.
Qué exigen las empresas
En este sector estima que los diferentes jugadores (bancas privadas españolas, internacionales y boutiques) generan unos 100-150 puestos de trabajo al año en posiciones junior y se cubren localmente, aunque también hay rotación al cabo de unos años.
Lo atribuye a que "es un trabajo muy duro en cuanto a horas, presión, etc., y hay gente que quiere ejercer unos años, aprender y ahorrar porque los salarios muy buenos", en las entidades "hay una pirámide y llega un momento en el que no hay espacio para progresar profesionalmente más" y el profesional se convierte "en un activo muy atractivo en el mercado laboral y te llueven las ofertas" precisamente por el gran esfuerzo que le requiere su posición.
En su opinión, el tope legislativo al bonus de la banca del euro no perjudica el absoluto a los fichajes frente a jurisdicciones como la City: "A nivel senior no lo conozco tanto, pero a nivel junior decir que el problema de la banca es que los salarios no son suficientemente altos es ridículo. O eres futbolista o cantante o no se puede ganar más.