
El Reino Unido aplicará aranceles a las exportaciones desde Canarias de tomates, plátanos, pepinos y pimientos. Lo mismo que ultima las islas con las producciones agrarias peninsulares como las fresas frescas, huevos frescos de gallina, patatas frescas o refrigeradas, excepto para siembra, cebollas, chalotes, ajos, puerros y demás hortalizas aliáceas, frescos o refrigerados, zanahorias, nabos, remolachas para ensalada, salsifíes, apionabos, rábanos y raíces comestibles similares, frescos o refrigerados, hortalizas de vaina, aunque estén desvainadas, frescas o refrigeradas. En Canarias ese arancel se llama AIEM y penaliza la entrega e importación de mercancías.
Canarias, en lo que respecta a las importaciones de productos vegetales, está considerada como un país independiente. La presencia de plátano de Canarias en el Reino Unido es escasa, solamente se comercializa por Fyffes en cadenas como Asda, pero en tomate prácticamente su principal mercado. Las islas llevan más de 150 años exportando tomates a Inglaterra y la mano de obra representa el 70% del producto, 50 euros por trabajador y jornada frente mercados competidores como Marruecos que se ubica hasta los cuatro euros. De cerca de 3.000 hectáreas en 2000 a unas 300. Hay siete operadores en el sector. El sector tomatero de Canarias ha resistido por las ayudas al transporte.
La secretaria jefe del Departamento de Comercio Internacional del Reino Unido, Liz Truss, dijo esta semana que por primera vez en 50 años, "podemos establecer nuestro propio régimen arancelario que se adapta a la economía del Reino Unido". El DIT dijo que el sistema aseguraría que el 60% del comercio entraría en el Reino Unido libre de aranceles en términos de la OMC o mediante los esquemas de acceso preferencial existentes con países en desarrollo a partir de enero de 2021. El DIT dijo que el nuevo régimen eliminaría algunas de las complejidades del sistema de la UE, implicaría reducir los aranceles y eliminaría todos los aranceles por debajo del 2%.
El arancel de Canarias a las producciones foráneas se comienza a ejecutar desde el uno de enero de 2021. Los importadores de las islas no cuentan con el respaldo de las cadenas de supermercados peninsulares establecidos en el archipiélago. Pero la tesis de Londres de colocarle arancel al plátano de Canarias, tomate o pepinos ha generado un balón de oxígeno con el que ganar tiempo porque argumentan que Canarias importa papas del Reino Unido y le sirve para evangelizar en Bruselas.
Los pepinos de Canarias, de acuerdo con la tesis de Cecapyme, pagarían arancel en el Reino Unido de hasta un 10%. Pero el grueso se lo lleva el tomate de Canarias, tradicional mercado de temporada alta en las islas en periodos que oscilaría entre el 8% y 10%. Este mes de mayo la UE lamentó la falta de avances en la negociación sobre la relación con el Reino Unido tras el Brexit, y si bien reconoció que en el ámbito de la pesca se mantuvo un diálogo "constructivo", consideró "decepcionante" la tercera ronda de conversaciones con Londres.
El negociador comunitario, Michel Barnier, no ha dudado en calificar de "decepcionante" la ronda de contactos comerciales que hay con el Reino Unido. A su juicio, Londres "no se ha implicado en una auténtica discusión" sobre las condiciones para garantizar una competencia justa e igualitaria. Se trataría de que Londres quedase alineado con ciertos estándares medioambientales, sociales o económicos de la UE, como los relacionados con los derechos de los trabajadores o los de ayudas de Estado.
En el caso de la pesca, indicó que ha habido "un inicio de diálogo partiendo de una posición muy maximalista de los británicos". Barnier precisó que el Reino Unido quiere negociar con Bruselas cada año las cuotas pesqueras, lo cual no es aceptable para el club comunitario. Barnier también afirmó estar "decepcionado por la falta de ambición" de Londres en áreas como la lucha contra el blanqueo de capitales. Barnier se refirió, además, a las recientes palabras del ministro del gabinete británico, Michael Gove, en las que sugería que Londres estaría dispuesto a renunciar a un acuerdo comercial sin aranceles ni cuotas con tal de evitar las garantías sobre una competencia justa.
Consideró que la propuesta de Gove exigiría una negociación "detallada" sobre cada línea arancelaria, lo que según Barnier llevaría mucho tiempo y obligaría a prolongar la transición. Aunque antes de julio Londres puede pedir una extensión de uno o dos años del periodo transitorio, hasta ahora el Gobierno británico ha descartado esa opción. Barnier añadió que, incluso si solo se eliminase el 98 % o el 99 % de los aranceles, la UE "exigirá las mismas garantías sólidas" para una competencia justa. Para el negociador comunitario, en el Reino Unido todavía hay "una auténtica incomprensión" sobre las consecuencias de abandonar el mercado único y la unión aduanera.