El Banco de Inglaterra (BoE) ha mantenido conversaciones con los bancos establecidos en el Reino Unido para crear un mecanismo de supervisión que analice cada seis horas los balances de las entidades. El objetivo es evitar un colapso financiero (causado por movimientos bruscos de capitales) en días posteriores a un hipotético Brexit sin acuerdo.
El BoE ha estado profundizando en los planes de contingencia ante la creciente posibilidad de que se produzca una salida sin acuerdo del Reino Unido. Por ahora, las negociaciones no terminan de cuajar a falta de seis meses para el 29 de marzo, fecha señalada como límite para que Londres abandone la UE y se dejen de aplicar los tratados que han dado forma a las relaciones del Reino Unido con Europa y con terceros durante décadas.
Una revisión exhaustiva
Estas revisiones tienen como objetivo sondear los movimientos en los depósitos, créditos, divisas y exposición a derivados, así como cualquier variación anormal en los costes de financiación para las entidades como en los intereses de los créditos.
Según explica la fuente a la que ha tenido acceso Reuters, un Brexit sin acuerdo eliminaría casi toda la infraestructura legal de la que depende el sector financiero británico, lo que podría hacer descarrilar a la economía de las islas. Asimismo, la destrucción de empleo en el sector será muy importante haya o no haya acuerdo.
Esta misma fuente sostiene que "se está trabajando bajo la premisa de que pronto habrá algo (algún tipo de acuerdo), pero ahora lo que hay es que el tiempo se está acabando".
La autoridad encargada de ayudar a las entidades con estas revisiones en la Prudential Regulation Authority (PRA), que vigila de forma habitual los balances de los bancos bajo su jurisdicción.
La PRA ya tuvo que emplearse a fondo y tomar medidas similares durante la celebración del referéndum de independencia en Escocia en 2014. También realizó un análisis especial durante la celebración del propio plebiscito del Brexit en junio de 2016.
Los británicos por Europa
Otra de las consecuencias de una salida desordenada de la UE la sufrirían los británicos que viven en el bloque y que mantienen cuentas bancarias en el Reino Unido.
Los británicos residentes en la Unión Europea podrían perder el acceso a sus cuentas bancarias en Reino Unido y las empresas en Europa podrían quedar aisladas de los bancos de inversión con los que trabajan en Londres, según advirtió el Gobierno del Reino Unido este verano.
En un documento que detallaba los planes de contingencia en el supuesto de que Reino Unido abandonara la UE en marzo sin un acuerdo de transición, el Gobierno afirmó que la acción unilateral en varios frentes únicamente minimizaría el impacto hasta cierto punto.
Más de un millón de británicos que residen en el extranjero podrían no tener acceso a sus cuentas bancarias en Reino Unido para recibir las pensiones y salarios, recoge el documento. Todos los británicos tendrán que afrontar un alto coste para realizar pagos con tarjeta en la UE cuando viajen al extranjero.