
La culminación de la unión bancaria es uno de los retos principales del sector financiero europeo en el que se trabaja desde años y aún queda tiempo por delante para que se complete. El consejero delegado del Banco Santander, José Antonio Álvarez, apuntó este viernes durante la jornada empresarial 'Retos y oportunidades de la banca' a la integración europea como un reto a lograr para empujar la rentabilidad de la banca. Álvarez señaló que culminar la unión bancaria y trabajar en un mercado único permitiría al sector financiero hacer grandes economías de escala como realiza EEUU. "Una integración europea junto a la subida de tipos ayudará a mejorar la rentabilidad y equiparar el sector al de la banca americana", destacó.
Para el consejero delegado del grupo cántabro, la carencia de un fondo de garantía de depósitos europeo, uno de los pilares principales para culminar esta integración, lastra importantes operaciones como las fusiones transfronterizas. Álvarez dejó patente su preocupación sobre la culminación de la unión del sector a nivel europeo al aprovechar la presencia en las jornadas financieras de elEconomista del vicepresidente de la Comisión Europea para el euro, Valdis Dombrovskis, para preguntarle sobre los deberes que quedan por hacer en el mercado bancario común.
Por otro lado, el directivo del Santander, remarcó que el sector español ha pasado en los últimos años de estar inmerso en una etapa en la que la ocupación era atajar los efectos de la crisis y adaptarse a los nuevos requisitos de solvencia a otro en el que lo principal es la digitalización. "El modo de relacionarse con los clientes ha cambiado y nos lleva a nuevas formas de hacer las cosas", explicó. No obstante, en este trabajo, Álvarez aseguró que hay una parte que los clientes perciben, en referencia a los nuevos canales que se ponen a su disposición, y otra más "dificultosa" donde realmente está la prioridad como son las tuberías tecnológicas del banco.
Uno de los retos de esta digitalización, señaló, es el nacimiento de competidores a gran escala. "Los operadores son globales e introducen en cualquier sector un sesgo a la baja de los precios", reconoció. De momento, esta nueva competencia se mantiene controlada y preocupa más a nivel nacional donde las entidades mantienen una guerra hipotecaria. "Yo creo que la competencia es buena y los bancos tienen políticas comerciales distintas porque su posición de mercado es diferente", reseñó. No obstante, también achacó esta alta rivalidad a que la demanda del crédito es menor comparada con el pasado: "El sistema tiene 1,3 billones de euros de saldo crediticio cuando antes de la crisis alcanzaba los 1,9 billones".
Sobre nuevas fusiones en nuestro país, mira con calma el horizonte y considera que podría haber alguna fusión más en los próximos cinco años de dos entidades que se encuentren y tengan algo que ofrecerse. "Pero con tiempo y sin pasos abruptos", auguró Álvarez.
Finalmente, respecto a los últimos vapuleos del mercado ante las incertidumbres políticas de España e Italia, aseguró que con la crisis cada país hizo sus deberes de manera distinta y ahora afrontan situaciones diferentes.