Santander no ha tardado en dar un paso para hacer frente a la ofensiva de unos de sus principales rivales, BBVA, para contratar hipotecas y ganar clientes. El grupo cántabro ha decidido rebajar el precio de los créditos hipotecarios, un recorte que, en algunos casos y bajo determinadas condiciones, es mayor al de su competidor.
La estrategia del Santander en este segmento de actividad pasa por mantener los criterios de prudencia, sin renunciar a aumentar el negocio. De ahí que haya ajustado su política y haya retirado su oferta comercial que tenía en vigor, basada en una promoción gancho desde euribor más un 0,99%.
A partir de ahora, cada cliente contará con un coste distinto tras un análisis de sus riesgo que, según el simulador de su página web, el diferencial puede reducirse hasta el 0,79%, 10 puntos básicos por debajo que en BBVA. Este interés está sólo disponible para usuarios solventes, que necesitan menos del 60% de la financiación y contratando una serie de productos adicionales. Si este porcentaje sube, la tasa también, al igual que si los riesgos de impago del cliente aumentan o no se tiene por completo la vinculación -seguros de hogar y vida, tarjetas y domiciliación de recibos-.
Por ejemplo, para una hipoteca de 150.000 euros y unos ingresos mensuales de 1.900 euros al mes, con una financiación sobre el valor del 70%, el diferencial a aplicar es del 0,89%.
A diferencia de BBVA y como casi todo el sector, el Santander no permite créditos por encima del 80% de la tasación del inmueble, una facilidad generalizada en la época del boom.
La personalización de las hipotecas, que es posible gracias a las mejoras tecnológicas y de sistemas, y los límites en la financiación van en línea con las declaraciones públicas llevadas a cabo en los últimos tiempos por el consejero delegado del grupo cántabro, José Antonio Álvarez, en las que rechazaba entrar en una guerra "para ganar volúmenes de negocio si eso daña la rentabilidad". "Una hipoteca que financia hasta el 100% del importe del inmueble es agresiva, cada entidad sabrá lo que hace", añadía hace un mes Álvarez, en referencia a las posibilidades que ofrecía BBVA para contratar créditos.

El movimiento del Santander hace presagiar abaratamientos en otras entidades, ya que los dos gigantes financieros de nuestro país lideran las propuestas más competitivas en los créditos para compras de viviendas. Ya la iniciativa de BBVA, de bajar el diferencial y de eliminar las comisiones, a principios de mayo, ha supuesto algunos disminuciones de precios por parte de Ibercaja, Liberbank y Abanca, con el fin de mantener los ritmos de captación, para intentar incrementar los ingresos y la rentabilidad futura.
Estas entidades han situado entre el 0,89% y el 0,95% los intereses que solicitan en sus hipotecas variables, también bajo ciertos parámetros.
Los grandes bancos descartan que esta guerra esté llevando a políticas poco prudentes, similares a las de la burbuja y niegan un sobrecalentamiento del mercado. De hecho, el stock de financiación sigue descendiendo, en torno al 2,2% interanual, como consecuencia de que los vencimientos y las cancelaciones hipotecarias todavía son superiores a los importes de las nuevas operaciones. Achacan esta batalla a la elevada competencia existente, lo que demuestra, a su juicio, que no hay riesgo de un oligopolio. Las cinco principales entidades acumulan entre el 70% y el 80% del negocio en nuestro país.
El sector confía en que a finales de año el saldo hipotecario vuelva a crecer, por primera vez en nueve años, ayudado por el buen momento en que vive el sector de la vivienda, gracias a la recuperación económica, la mejora de la confianza y la situación de tipos en negativo.
Subida de doble dígito
En el primer trimestre del año, los nuevos contratos alcanzaron los 10.065 millones de euros, un 13% más que en el mismo periodo del ejercicio anterior.
En los últimos años, las entidades han potenciado la venta de hipotecas a tipo fijo, con el fin de defender sus márgenes por el euribor en caída y en negativo, y por la mayor seguridad que ofrecen a los clientes, pero desde hace algunos meses el sector financiero está apostando cada vez más por las de tasas variables, ante las expectativas de que el euribor comience más pronto que tarde una subida paulatina, aunque ésta vaya a ser lenta.