
El Banco Santander ya ha transformado 500 de sus oficinas en centros Smart Red. Este nuevo concepto de sucursales deja atrás la imagen y uso tradicional de la oficina habitual y se centra en atender y asesorar al cliente de una forma más cercana y personal. La velocidad con la que el grupo está reconvirtiendo las sucursales hacia centros inteligentes se traduce en una media de apertura de una nueva Smart Red por día. De este modo, a cierre del año pasado, casi el 18% de la red de oficinas del grupo ya eran centros inteligentes.
La entidad cántabra continúa avanzando hacia esta reconversión y planea que a final de este año un tercio de su red de sus oficinas ya haya virado hacia este nuevo concepto. Esa cifra supondría alcanzar en 2018 en torno a 940 centros Smart Red en España, frente a la continuidad de otras 1.880 sucursales habituales, sin contar las oficinas procedentes del Popular.
Uso residual
El consejero delegado del Santander, José Antonio Álvarez, ya adelantó el pasado mes de diciembre que el futuro de las oficinas avanza hacia el asesoramiento del cliente, que es lo que verdaderamente da un valor añadido al usuario, frente a los servicios bancarios que ya permite la digitalización. Álvarez reconoció entonces que la transformación tecnológica de la banca había llevado a que las sucursales en la actualidad solo realicen el 10% de las transacciones. Un extremo, que según destacó, se acentuará más en los próximos años, cuando el número de operaciones que ejecuten las oficinas se quede reducido a un residual 1%.
Las oficinas inteligentes del banco se caracterizan por ser espacios más amplios, abiertos y digitalizados. Cuentan con gestores especializados para atender y guiar al cliente en sus dudas y asesorarle sobre sus finanzas o en la contratación de nuevos productos. Por otro lado, los centros están adaptados para las personas con discapacidad, con cajeros accesibles o información en braille entre otros servicios.