
El Banco Nacional de Suiza (BNS) anticipa un beneficio récord de unos 54.000 millones de francos suizos (46.058 millones de euros) en el ejercicio 2017, su mejor resultado en los 110 años de historia. El secreto está en que el banco central se anticipó al programa de compras del BCE y levantó la intervención en el franco para limitar las subidas frente al euro. El resultado, además de los excelentes resultados, es que la cotización de las acciones del Banco Nacional de Suiza se han duplicado el último año y reparte millones entre sus accionistas. La rentabilidad por dividendo de la entidad multiplica por 75 al rendimiento del bono a diez años de Suiza. l El banco central que cotiza en bolsa y hace ganar millones a sus accionistas
El banco central de Suiza (BNS) prevé obtener un beneficio anual de 49.000 millones de francos suizos (41.800 millones de euros) en relación con sus posiciones en moneda extranjera. El Banco Nacional de Suiza, anticipándose al anuncio del plan de compra de deuda del BCE, decidió en enero de 2015 abandonar su política de cambio mínimo de 1,20 francos suizos por euro, vigente desde septiembre de 2011, provocando la brusca revalorización de la moneda helvética frente a las principales divisas, particularmente en su cruce con el euro.
Las acciones del BNS, que se fundó como sociedad anónima en 1907, duplicaron su cotización en el último año superando los 4.000 francos. Los inversores han catapultado al valor a la espera de que la entidad aumentará el dividendo. La institución ha anunciado que mantendrá un dividendo de 15 francos suizos por acción, el máximo permitido legalmente, además de garantizar el reparto anual ordinario de beneficios de 1.000 millones de francos suizos entre los cantones y el Gobierno Central. Theo Siegert, un empresario alemán que forma parte de los consejos de Merck y Henkel, con un 6,7% del capital. La rentabilidad por dividendo asciende al 0,37% frente al 0,005% que ofrece el bono suizo a diez años.
El BNS cerró el ejercicio 2016 con un beneficio de 24.500 millones de francos suizos (20.898 millones de euros), después de haber registrado un año antes las mayores pérdidas de su centenaria historia, con unos 'números rojos' de 23.000 millones de francos suizos (19.608 millones de euros).
Al cierre de 2017, las reservas en moneda extranjera sumaban 743.942 millones de francos suizos (634.557 millones de euros), después de que en 2017 el cambio de la divisa helvética se depreciase casi un 9% frente al euro.
El banco central de Suiza calcula que logrará un beneficio de 2.000 millones de francos suizos (1.706 millones de euros) por sus posiciones en francos suizos, , mientras que la evolución del precio del oro reportará a la entidad 3.000 millones de francos (2.559 millones de euros).
A pesar del beneficio récord estimado, la institución ha anunciado que mantendrá un dividendo de 15 francos suizos por acción, el máximo permitido legalmente, además de garantizar el reparto anual ordinario de beneficios de 1.000 millones de francos suizos entre los cantones y el Gobierno Central. El principal accionista del BNS es es Theo Siegert, un empresario alemán que forma parte de los consejos de Merck y Henkel, con un 6,7% del capital. Le sigue el cantón de Berna, el de Zurich, el de Vaud y el de St Gallen.
El anterior beneficio récord del instituto emisor suizo se produjo en 2014, cuando la entidad ganó 38.300 millones de francos (32.654 millones de euros), aunque en 2013 sufrió su primer resultado negativo, con pérdidas de 9.100 millones de francos (7.758 millones de euros), tras lo que decidió por primera vez no pagar dividendos.
Según sus estatutos, la entidad tiene la obligación de distribuir entre los cantones dos tercios de su beneficio, lo que suscitó una importante controversia y problemas presupuestarios cuando en 2013 la institución no realizó este reparto por primera vez tras incurrir en pérdidas.