Banca y finanzas

Ayudas y quitas, el doble rasero de las intervenciones en la banca

  • España no empleará ningún tipo de recurso en el salvamento del Popular
  • En Italia se usa dinero público para evitar un contagio al sector
Foto de Reuters

El rescate de los italianos Banca Veneto y Banca Poppolare di Vicenza y el del Popular tienen características muy dispares a pesar de que las autoridades comunitarias han dictado las mismas normas para resoluciones de entidades con problemas, con el fin de sean los contribuyentes los que paguen los errores del sector financiero, como ha ocurrido en la crisis. Estas son las principales diferencias y los motivos que han llevado al regulador y a Bruselas a aceptar e imponer, en cada caso, las condiciones y las exigencias.

Dinero público

Mientras que en Italia el Gobierno está dispuesto a movilizar hasta 17.000 millones, en España el Ejecutivo no va a emplear ningún tipo de recurso en el salvamento del Popular, tal y como establecen las nuevas reglas comunitarias.

Los expertos aseguran que en el caso del país transalpino ha sido necesaria la utilización de dinero estatal con el fin de evitar un contagio a toda la banca italiana, que lleva desde hace tiempo en el punto de mira de los mercados por su debilidad, y después al sistema europeo. Una espiral de inestabilidad pondría contra las cuerdas a la zona euro, máxime cuando Italia es la tercera mayor economía de la región y la cuarta del Viejo Continente.

Estado del sector

España se ha permitido rescatar el Popular sin ayudas públicas porque su crisis era puntual, ya que el sector, en general, presenta una situación relativa de fortaleza debido al ajuste y a la recapitalización llevada a cabo en los últimos años.

Para materializar el saneamiento nuestro país se vio obligado en 2012 a pedir más de 41.000 millones a sus socios comunitarios y elevar así las ayudas concedidas al sistema a más de 70.000 millones. En Italia este proceso de reestructuración no se ha producido y la banca acumula más de 300.000 millones de créditos morosos. Esta distinta fortaleza ha facilitado, también, que el Santander imponga menos condicionantes que Intensa para hacerse cargo de las entidades rescatadas.

Pérdidas para socios y bonistas

En ambos casos los accionistas y los tenedores de híbridos pierden su dinero, pero en el Popular el Gobierno español no va a aplicar ningún tipo de compensación pública para que sean indemnizados al menos los inversores particulares, como ocurrió en el caso de los arbitrajes de preferentes de las cajas que fueron nacionalizadas.

Eso sí, el Santander -que se ha adjudicado el Popular- tiene previsto poner en marcha algún sistema para minimizar el impacto en los mejores clientes que hayan perdido su inversión en acciones de la entidad. En Italia, el Ejecutivo prevé indemnizar a los particulares de deuda subordinada gracias a las garantías aportadas a Intesa, en un 80% de las quitas. El 20% restante también será devuelto, pero su coste será asumido por el adquiriente. Por contra y, al igual que ocurrió con los accionistas del Popular, éstos perderán toda la inversión. La prensa italiana cifra el número de afectados en unos 200.000, entre institucionales y minoristas.

Ajuste de personal

En el caso del Popular, la reestructuración que finalmente se aplique será costeado por el Santander, mientras que en el caso de los bancos vénetos correrá a cargo del Estado italiano.

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