
La pesada losa del ladrillo del Popular le ha costado su independencia y la pérdida de todo el patrimonio a accionistas y tenedores de deuda. El Santander paga solo un euro por quedarse la entidad presidida por Emilio Saracho, pero sanearlo le cuesta 7.900 millones de euros.
La factura va en más del 91% a subir las insuficientes provisiones que el Popular mantenía para cubrir su abultada cartera de inmuebles y que le impedían enajenarlos porque aceptar el precio que está dispuesto a pagar por ellos el mercado le hubiese supuesto quebrantos imposibles de asumir.
El déficit de dotaciones, en los activos dañados y el riesgo a demandas por parte de inversores que suscribieron la ampliación de 2.500 millones ejecutada por el Popular hace ahora un año ha sido el escollo insalvable para que Saracho lograse amarrar una fusión sin pasar por la intervención.
Con la inyección de esos casi 8.000 millones, eleva su nivel de cobertura a los umbrales "en línea" con el resto del grupo y que resulta muy superior a los umbrales promedios del sector. La red de provisiones del Popular pasa del 45 al 69% en la actividad inmobiliaria, frente al 52% promedio del conjunto de la industria.
En el balance del Popular figuran incrustados 36.800 millones en activos improductivos: 17.700 millones en pisos, solares, edificios, etc; 19.100 millones en créditos morosos vinculados con el 'ladrillo' y 3.800 millones en financiación al corriente de pago. Con la significativa dotación prevista por el Santander y que influye, en muy buena parte, en la ampliación de capital que efectuará por valor de 7.000 millones para recomponer la solvencia, el banco acelera la evacuación de ladrillo. Las coberturas en inmuebles suben al 65% y al 75% en deuda fallida inmobiliaria, lo que significa que puede enajenarlas al 35 y 25% de su valor contable sin acusar quebrantos.
El grupo presidido por Ana Botín reconoce que espera reducir dichos activos "significativamente", como ha hecho en el Santander en los últimos años, hasta el punto de que estaba cerca de dar fin a este capítulo. La entidad resultante estará liderada por el responsable del Santander en España, Rami Aboukhair.
Gracias a este esfuerzo y el rescate interno que efectuará el Popular, asumiendo accionistas y bonistas un 'bail in' por alrededor de 4.000 millones; el Santander cierra la operación con los parámentros de encaje estratégico y rentabilidad que exige a sus adquisiciones. El banco espera que esta absorción le genere un retorno del 13-14% en 2020 y un aumento del beneficio por acción en 2019. Según sus estimaciones, la integración generará 500 millones anuales en sinergias por ahorros de costes a partir de 2020, con ratios de eficiencia de los mejores del sector en España y Portugal; además del mayor potencial en generación de ingresos.