Banca y finanzas

Cuando los accionistas se arruinaban tras la quiebra de un banco: 'yo gano, yo pierdo'

  • En EEUU los accionistas de los bancos tenían doble responsabilidad
  • Los accionistas vigilarían de cerca la gestión de los directivos
  • La toma de riesgos estaría más controlada y los contribuyentes a salvo
Foto del Banco de Inglaterra en el documental 'Lesson from historical bank failures'

¿Se imaginan que los accionistas de Deutsche Bank tuvieran que rescatar al banco? Es decir, además de perder el dinero que tienen invertido en las acciones de la entidad germana, tuvieran que coger dinero de su bolsillo para asegurar los depósitos y otros pasivos del banco. Esta situación impensable hoy, ocurría en el pasado, y aunque tras la última crisis se han hecho progresos para que los rescates sean bail-in (accionistas y bonistas pagan parte del descuadre), los dueños del banco no pueden perder más dinero del que han invertido, es decir, tienen una responsabilidad limitada al valor inicial de su inversión. Un accionista tiene el límite de las pérdidas establecido en la cantidad que ha invertido, mientras que los beneficios son ilimitados, lo que puede suponer un incentivo a la toma de riesgos por parte de los dueños de la entidad: 'Yo gano, pierden otros'.

Durante más de 70 años los accionistas de los bancos en EEUU corrían grandes riesgos, es más, podían perder mucho más dinero del que habían invertido y quedar arruinados. Desde la Guerra de Secesión hasta la Gran Depresión, los inversores tenían que responder a parte de las deudas de los bancos que se declaraban insolventes, dentro de esas deudas se encontraban los depósitos. Algunos expertos creen que este modelo, conocido como doble responsabilidad o responsabilidad ilimitada, daba mayor estabilidad al sistema financiero y era beneficioso para la economía en su conjunto.

Los accionistas podían verse obligados a perder todo su capital invertido y a tener que pagar una cantidad extra equivalente al valor nominal de las acciones que mantenían en su cartera. El administrador judicial de la quiebra determinaría la cantidad que debían pagar los accionistas hasta el límite señalado anteriormente. 

Beneficios ilimitados, pérdidas limitadas

Este tipo de responsabilidad es bien diferente a la actual, en la que los beneficios del inversor en banca son ilimitados mientras que las pérdidas están limitadas al capital invertido. En la actualidad un banco puede quebrar y en principio el Estado debe asegurar que los depositantes reciben hasta 100.000 euros aunque el fondo de garantía de depósitos sea insuficiente, mientras que los accionistas tienen sus pérdidas limitadas.

Desde el American Enterprise Institute destacan que con le responsabilidad ilimitada, "los accionistas y los grandes directivos tenían mayores incentivos a los actuales para hacer las inversiones adecuadas... los accionistas también vigilan mejor los movimientos de los ejecutivos y del balance del banco".

Axel Leijonhufvud, profesor emérito de la Universidad de California Los Angeles (UCLA), defendía en 2010 este tipo de modelo, argumentando que esta responsabilidad obligaría a los directivos a interesarse mucho más por las actividades sobre las que tienen responsabilidad directa. Aunque en ocasiones supondría también unos beneficios inferiores ante el descenso de la toma de riesgos.

"La doble responsabilidad reduciría las ventajas de los grandes conglomerados bancarios. Esto no resolvería, sin embargo, el problema de los bancos 'demasiado grandes para quebrar', pero si induciría a los grandes bancos a derivar algunas líneas de su negocio", explica el profesor de UCLA.

En su libro 'Fin de la alquimia', el ex gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, escribe que "parece imposible imaginar ahora que la responsabilidad ilimitada pudiera restaurarse. Sin embargo, la responsabilidad limitada (la que predomina ahora) en un banco con un pequeño margen de capital social significa que los propietarios tienen incentivos para tomar riesgos, porque reciben todos los beneficios cuando la apuesta va bien, mientras que su exposición a la pérdida es limitada".

King destaca que los encargados de gestionar el dinero suelen ser mucho más cuidadosos cuando gestionan el suyo propio. No obstante, este sistema que incentiva a los accionistas a vigilar las decisiones que se toman en el banco también obligaba a que personas de clase medio pagasen la quiebra del banco, como explica el ex gobernador del Banco de Inglaterra.

La vulnerabilidad de los pequeños inversores propició que este tipo de responsabilidad desapareciera en Reino Unido algo antes de 1878, año en el que quebró el City of Glasgow Bank. Tras la última crisis ha vuelto cobrar protagonismo la responsabilidad ilimitada como una herramienta para hacer los bancos más seguros y evitar que los contribuyentes paguen el pato.

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