
El Santander ha reducido en 287 el número de bajas de personal que busca con su reestructuración para ahorrar costes y encarar con mayor eficiencia el desafiante entorno actual. De un máximo de 1.667 trabajadores afectados anunciados el primer día -1.207 en la red del banco en España y 460 en el Centro Corporativo del grupo en Boadilla-, la entidad ha limitado el impacto a 1.380 -1.000 empleados en sucursales y 380 en servicios centrales, respectivamente-, detallaron ayer los sindicatos.
El banco ha elevado igualmente las condiciones ofrecidas, mejorando así la situación de desvinculación. En la red de oficinas mantiene el plan de alcanzar las 600 prejubilaciones de empleados con 58 años o más, con la posibilidad de incluir de forma excepcional alguna salida de 57 o 56 años. Asume que su retiro será con el 75% del salario pensionable, frente al 70% indicado en un inicio. Para este colectivo mantendrá las aportaciones regulares a sus planes de pensiones hasta que cumplan los 63 años.
Bajas voluntarias
Las bajas pactadas voluntarias afectarán a 400 personas, frente a las 600 previas, y se dirigen a empleados con menos de 50 años, a los que compensará con los 40 días por año trabajado con un máximo de 24 meses que había previsto. Su mejora se sustancia en un pago lineal de entre 4.000 y 24.000 euros, en función de que su antigüedad sea inferior a 5 años o superior a 25.
En servicios centrales, al menos 100 de los 380 afectados serán de la alta dirección, lo que ayudará en su plan de reducir en un 30% la partida retributiva que tenía este colectivo años atrás. La oferta es igual para prejubilaciones, aunque para empleados desde 55 años. Para las bajas incentivadas no habrá aportaciones al plan de pensiones, pero mejora las condiciones en hipotecas con el banco.