
Se avecina una batalla importante en Portugal. El Santander y Caixabank lucharán para hacerse con el liderazgo del sector financiero en el país vecino. Los expertos apuntan a que Caixabank finalmente conseguirá hacerse con el control de BPI, del que posee el 44% del capital, y después intentará absorber Novo Banco. Pero en el camino se encontrará al Santander, que se mantendrá firme en su objetivo para quedarse con este último, tras ganar la puja de Banif a finales del ejercicio pasado.
El que gane la subasta de Novo Banco (antiguo BES), que se reiniciará próximamente, se alzará como la mayor entidad de Portugal. En la actualidad, el Santander es el tercer grupo del país, tras la pública Caixa Geral y el privado BCP, mientras que Caixabank es el socio principal del quinto banco en créditos y activos.
El mercado da como favoritos a los españoles, tras la marcha de los grupos chinos Fosum y Angbang, que fueron los que presentaron la mejores ofertas el pasado verano por Novo Banco, en un concurso público que fue suspendido por el anterior Gobierno. En la puja también participará previsiblemente, de nuevo, Apollo, dueño del español Evo.
En el proceso de venta del antiguo BES del año pasado, Caixabank se quedó descolgado porque no consiguió controlar BPI, pero la situación ha cambiado. Se prevé que a principios de abril, el grupo catalán logre sus objetivos y tome las riendas del luso. El especialista político y económico Luis Marques Mendes señalaba hace unos días en Jornal de Negocios que el grupo catalán estaba cerca de poder controlar el portugués y que, de lograrlo, sería "un serio candidato" para adquirir Novo Banco.
De resultar vencedor, la institución que preside Isidro Fainé alcanzaría una cuota de mercado en créditos de más del 23%, a poca distancia de Caixa Geral. Pero se convertiría en el mayor banco de la Península Ibérica.
Solución para BPI
Caixabank está negociando con el segundo socio de BPI, la africana Isabel dos Santos, para comprarle el 21% del capital. A cambio, tendría que favorecer previamente la supresión de la limitación de derechos de voto del 20% de los estatutos del banco y solucionar el problema del grupo con los negocios de Angola y Mozambique. El BCE exige a BPI que reduzca su exposición en África antes del 11 de abril. De lo contrario sufrirá una multa millonaria. No se descarta que Isabel dos Santos adquiera la totalidad de dichas actividades una vez obtenga la liquidez suficiente con la venta de su participación en la entidad portuguesa.
El Santander, por su parte, pasaría de ostentar una cuota del 14,5% actual, tras sumar un 3% con Banif recientemente, a un 28,3%, si se adjudica Novo Banco. El grupo que lidera Ana Botín fue uno de los tres finalistas de la puja fallida de 2015 de este último. Ofreció en torno a 2.000 millones.
Las autoridades de Portugal ya no pondrán palos en la rueda de los bancos españoles para que dominen su sector financiero como hasta hace unos meses. El Ejecutivo pretende cerrar la crisis que viven algunas entidades cuanto antes para despejar la incertidumbre existente. Eso sí, si las ofertas por Novo Banco no son suficientes para recuperar gran parte de las ayudas públicas de 4.900 millones otorgadas, no descarta sacar a bolsa una parte de su capital.
El cambio de posición de las autoridades (Gobierno y Banco de Portugal) se vislumbra en la reforma legal planteada para obligar al desblindaje de los derechos de voto en las compañías que reciban una oferta de compra por el 75%, lo que allana el camino de Caixabank en BPI, y en la adjudicación de Banif al Santander.
Otro banco español, Bankinter, está a punto de desembarcar en el país vecino, tras alcanzar el año pasado un acuerdo para adquirir el negocio minorista del Barclays. Tendrá algo más de un 2% de cuota, porcentaje similar al que tienen el Popular y BBVA, aunque este último ha reducido su estructura al máximo. El Sabadell también está presente, a través de una participación del 5% en BCP.