
La persistente caída del precio del dinero y la lenta recuperación de la actividad bancaria llevará a varias entidades a incumplir sus objetivos de rentabilidad y beneficios este año y el próximo. En este panorama, es remarcable la situación por la que atraviesan las entidades que han recibido ayudas públicas, porque en función de la consecución de estos planes el Estado perderá más o menos dinero.
De todas las que aún sobreviven, sin contar Ceiss-Unicaja -que no aporta datos-, BMN es la única que a día de hoy no ha podido lograr la previsión establecida en el proyecto de negocio aprobado por Bruselas en el marco de las ayudas públicas que percibió en 2012.
En dicho documento se fija como objetivo alcanzar un ROE (rentabilidad sobre recursos propios) superior al 5% en 2014 y superior al 10% en 2015. El ejercicio pasado, BMN cerró este indicador en el 4,7%, por debajo de la meta fijada.
Beneficio operativo
Otra de las variables fundamentales que incumple la entidad nacionalizada es el beneficio antes de impuestos. El grupo presidido por Carlos Egea estimaba para 2014 llegar a los 200 millones, pero el importe se quedó en 2014. Para el presente ejercicio la aspiración es superar los 400 millones, una cifra que según los resultados del primer semestre parece una utopía. Hasta junio, las ganancias antes de impuestos de BMN apenas sobrepasan los 50 millones.
La entidad fue la más optimista de las ayudadas en sus objetivos, de ahí que el esfuerzo para conseguir el logro debía ser mayor. Además, en el momento de la elaboración del plan los tipos de interés estaban más elevados, en el entorno del 1,5%, y las previsiones sobre su evolución no apuntaban a niveles tan bajos como se encuentran en la actualidad, de sólo el 0,15%.
Otro factor que también ha influido en su caso es el mayor grado de ajuste en su balance para sanearse, como la venta de Caixa Penedés y el cierre más amplio de oficinas, que han llevado su tamaño de los 70.000 millones a los poco más de 43.000 millones actuales en gestión de activos. Este drástico ajuste, en cambio, si ha permitido a BMN cumplir con las expectativas sobre la eficiencia. En la actualidad presenta una de los mejores ratios, con gastos operativos inferiores a 40 euros por cada 100 de ingresos.
La entidad con ayudas que más fácil tiene cumplir con sus objetivos es Bankia este año, aunque la situación del mercado complica el camino. Para finales de 2015 el grupo nacionalizado previó superar el 10% de rentabilidad. El año pasado su ROE se situó en el 6,6%, incluyendo el coste de las provisiones que tuvo que realizar para hacer frente a las demandas por la salida a bolsa. En junio de este año el indicador llegaba al 9,8%. El resto tiene más difícil alcanzar los objetivos fijados en los planes de negocio.