
Joan Pau Miquel Prats, exconsejero delegado de Banca Privada d'Andorra (BPA) y de su filial Banco Madrid, en prisión desde el pasado sábado por su presunta implicación en un caso de blanqueo de capitales, comparte testaferros en Panamá con la trama de corrupción Gürtel.
Miguel Prats figura como administrador único de Silkinvest, una sociedad propietaria a su vez de varias firmas inmobiliarias en España que suman activos por valor de más de 10 millones de euros y cuyo accionista último en Feynman Investments Corp.
Se trata de una sociedad con sede fiscal en Panamá, constituida el 30 de mayo de 2013 con un capital social de 4,67 millones de dólares (4,35 millones de euros). Como presidente de la misma figura Eloy Díaz Edgardo y como agente aparece el bufete de abogados Alemán, Cordero, Galindo & Lee (Alcogal), que tiene su sede también en el país centroamericano.
Tanto Díaz como el despacho están presentes cada uno en unas 20.000 empresas y figuraban, de hecho, con los mismos cargos que en Feynman -presidente y agente respectivamente- en la firma Cedargrove Invesments, bajo investigación judicial en la Audiencia Nacional por su relación con la trama Gürtel. El líder de la red de corrupción, Francisco Correa, habría recibido supuestamente comisiones a través de ella.
El bufete Alemán, Cordero, Galindo & Lee estuvo además involucrado, entre otros casos, en el proceso de blanqueo de capitales y ocultamiento de dinero por parte del exasesor peruano Vladimiro Montesinos y del expresidente de dicho país Alberto Fujimori.
Otros lazos con la red
Al margen de los testaferros, hay no obstante otro posible lazo de unión entre lo ocurrido en Banco Madrid y la red Gürtel. Juan Cotino, imputado por los contratos con la trama en la Comunidad Valenciana, figura en la lista de clientes de la entidad financiera. Una de sus operaciones ha sido analizada por el Sepblac, el Servicio Ejecutivo de Prevención de Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias, sin que por ahora se haya detectado ninguna irregularidad.
Hasta el año pasado, la propietaria del holding de Miquel Prats era hasta hace sólo diez meses una sociedad domiciliada en Reino Unido bajo la denominación de Silkinvest Europe LTD. El 30 de mayo de 2014 la empresa anunció sin embargo en el Boletín Oficial de Registro Mercantil (Borme) que su nuevo socio único pasaba a ser Feynman Investments Corporation.
Esta firma panameña, cabecera del conglomerado empresarial de Joan Pau Miquel Prats, aglutina desde el Caribe media docena de sociedades de forma indirecta, de acuerdo con los datos del Registro Mercantil. Todas ellas están bajo el control directo de Silkinvest, radicada en Barcelona y que en 2013 declaraba unos activos valorados en 8,18 millones de euros y un capital de 5,59 millones. De ella cuelgan Sadurinvest, Equuleus, Tres Raclón, Suficonta, Gestión Inmobiliaria Zafra y Kernitema.
Préstamos desde el Caribe
En las cuentas de Silkinvest del ejercicio de 2013, el último publicado en el Registro, aparece un préstamo participativo de su sociedad matriz, la panameña Fyenman Investments, por importe de 3,82 millones de euros. Lo más llamativo además es que figura también entre los saldos acreedores a largo plazo otro préstamo a nombre del propio Joan Pau Miquel, por 1,23 millones. Los dos créditos tienen como fecha de vencimiento el 31 de diciembre de 2021. Pero las operaciones intragrupo además contemplan líneas de financiación de Silkinvest a las filiales. En concreto, concedió a Sadurinvest 1,5 millones en una línea de crédito dispoible hasta finales de este ejercicio; otros 2,4 millones de euros a Equuleus hasta diciembre de 2015; y otros 2 millones más Suficonta, con vencimiento en el año 2018.
Silkinvest declaró en 2013 unos ingresos de sólo 37.204 euros, lo que supone un 9,5 por ciento menos que un año antes. Pese a haber obtenido un resultado de explotación positivo de 6.168 euros, la compañía presenta unas pérdidas antes de impuestos de 203.226 euros. Son unos números rojos que tras el pago de impuestos a Hacienda se incrementaron hasta 210.940 euros.
Propiedades
En las cuentas anuales figuran, por otro, el traspasado de varios activos inmobiliarios desde Silkinvest a algunas de sus inmobiliarias participadas. Así, por ejemplo, en 2005 traspasó una finca por 450.284 euros, según el valor neto en libros, en las localidades de Vilafranca del Penedés y Sant Sadurní d'Anoia (Barcelona), a la sociedad Sadurnivest.
Ese mismo año también traspasó por 229.360 euros otras dos fincas en la localidad de Gelida, también en la provincia de Barcelona, a la sociedad Equuleus. Más allá del negocio inmobiliario, en las cuentas de Silkinvest aparecen también activos financieros a corto y largo plazo, destacando una participación por valor de 63.047 euros que el consejero delegado de BPA y Banco Madrid tenía en Corporación Alimentaria Guissona, una de las mayores cooperativas de Cataluña.
En el pasivo de la sociedad figuran de igual modo deudas con empresas del grupo y asociadas a largo plazo por un importe de algo más de 5 millones de euros, 600.000 euros más de las que había en el ejercicio 2012.
Aunque el exconsejero delegado de Banca Privada d'Andorra y de Banco Madrid es el administrador único de Silkinvest, en la sociedad y en algunas de sus participadas aparecen también algunos miembros de su familia, como apoderados. Es el caso de María Ángeles Prats o de José Ramón Miquel.
La apuesta del directivo por Panamá no parece, en cualquier caso, una casualdiad. Hay que tener en cuenta que se trata de uno de los cinco países donde BPA operaba hasta antes de la intervención y donde el grupo andorrano había confiado buena parte de su crecimiento para los próximos años, junto a España.
El regulador panameño decidió suspender la actividad de la filial del banco dirigido por Joan Pau Miquel días después de que Andorra anunciara que tomaba el control de la entidad ante las denuncias de Estados Unidos de varias operaciones de blanqueo de capitales relacionadas con bandas internacionales criminales, entre ellas rusas, chinas, venezolanas y mexicanas. BPA daba servicios a sus clientes, además de en Panamá, Andorra y España, en Suiza y Luxemburgo.
Detenido y a prisión
Cuatro días después de que el Tesoro norteamericano publicara el informe sobre las transacciones sospechosas del grupo pirenaico, la Policía detuvo a Joan Pau Miquel a la hora de la cena en su domicilio. Las autoridades registraron la casa para incautarse de la documentación susceptible de contener pruebas de los presuntos delitos relaciones con el lavado de dinero.
El banquero ha sido la mano derecha de los hermanos Cierco, dueños de BPA, y, en muchos círculos empresariales y financieros, se le considera el artífice de toda la estructura para llevar a cabo las presuntas operaciones irregulares.
Tras su declaración en los juzgados, Prats fue enviado a prisión el lunes, acusado de participar en una red de crimen organizado. Una de los casos que investigan los tribunales de Andorra es la relación con trama del chino Gao Ping, que permanece en una cárcel española. De hecho, según algunos medios que citan fuentes de la investigación, sostienen que Miquel Prats recibía maletines en efectivo de la red corrupta dirigida por el mafioso asiático, cerebro de la denominada operación Emperador. Las fuentes indican que, al menos, en tres ocasiones había recibido en efectivo más de 100.000 euros. Este dinero se entregó con la colaboración del abogado Rafael Pallardó, hombre de confianza de Gao Ping.
De momento, no hay pruebas suficientes de que el directivo tenga relación con ninguna de las transacciones analizadas por el Ministerio de Economía entre abril de 2014 y febrero de este año, a través del Sepblac, y que han sido remitidas a la Fiscalía para que determine si existen indicios de delito.
Miquel Prats ha sido el impulsor de la expansión internacional de BPA en los últimos años. Logró que el grupo andorrano adquiriera Banco Madrid a Kutxabank. Se colocó al frente de la entidad, a pesar de que a su lado contó con la presencia de José Pérez en la presidencia sin funciones ejecutivas, impuesta por el Banco de España.