
La auditoría interna llevada a cabo por Bankia ha destapado que al menos el que fuera número dos de Miguel Blesa en Caja Madrid, Ildefonso Sánchez Barcoj, disponía al menos de tres tarjetas opacas. Según varios escritos remitidos la semana pasada a la Audiencia Nacional, el que fuera director general financiero y de riesgos contaba a finales de 2011 -ya en la época de Rodrigo Rato en Bankia- tres de estas visas.
Sólo en el último trimestre de este ejercicio, cargó a una cuenta denominada 'Gastos Reuniones Trab, Tarjetas empresas' un total de 14.204,82 euros, de los cuales casi 5.500 eran correspondientes a diciembre y se contabilizaron en 2012.
No fueron los únicos costes que afrontó el número dos de Blesa a las tarjetas black en ese periodo de tiempo, ya que la mayor parte de los gastos se apuntaron en la cuenta en la que la entidad cargaba todos los movimientos realizados por los 82 consejeros y directivos que tenían estos dispositivos fuera del control reglamentario.
Bankia en los escritos remitidos al juez Fernando Andreu, a los que ha tenido acceso este periódico, describe cómo era el sistema de tarjetas de crédito para la cúpula entre 2003 y 2012. En una primera cuenta, denominada 'Tratamiento Administrativo Circular 50/90' se registraban los gastos de los consejeros ejecutivos y directivos. En ésta, que era donde se anotaban los fraudes y negligencias de todas las visas de los clientes, también iban a parar los registros del dinero de plástico opaco utilizado al margen del circuito ordinario de manera "habitual". Algunos de los apuntes, como el del exdirector financiero, eran anotados en la otra cuenta antes indicada. En esta última, por ejemplo, se refleja un gasto de 1.140 euros de Rodrigo Rato en el año 2012.
Además de estas dos contabilizaciones, había una tercera. Los recursos destinados al resto de consejeros y miembros de la Comisión de Control se inscribían "exclusivamente en la cuenta 'Gastos de Órganos de Gobierno'.
Desde 1994
Bajo este sistema opaco, que Bankia atribuye su gestión al propio Sánchez Barcoj y que en una inspección de Hacienda de 2007 no se detectó, los 82 usuarios de las visas opacas derrocharon en viajes de lujo, comidas, joyas, etc., más de 15 millones de euros. El exdirector general, imputado en el caso como el resto de los beneficiarios, dilapidó 572.187 euros...
En la documentación enviada al magistrado, Bankia sostiene que hay constancia de que las tarjetas opacas se utilizaron, al menos, desde 1999, pero que no hay registros de los movimientos y que Blesa dispuso de una visa desde 1994, dos años antes de acceder a la presidencia de Caja Madrid, aunque en un principio pudo no ser fraudulento.