Banca y finanzas

BBVA logra luz verde a la opa de Sabadell y sus accionistas decidirán desde el lunes

  • La ventana de adhesión estará abierta hasta el 7 de octubre y el vallesano evaluará la oferta antes
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Pistoletazo a la opa de BBVA sobre Banco Sabadell. Sus accionistas podrán decidir si acuden al canje desde el próximo lunes hasta el 7 de octubre después de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) diese luz verde ayer a una oferta que arranca sin mejorar el precio y con la condición de que BBVA logre el 50,01% del capital para declararla exitosa. El banco deja, sin embargo, en el folleto de la oferta la puerta abierta a la eventualidad de renunciar a dicha prerrogativa y conformarse con el 30% si la adhesión no alcanzase la mayoría de capital.

El presidente del grupo vasco, Carlos Torres, argumentó que la condición se introduce para poder conciliar las exigencias normativas en España y Estados Unidos -el vallesano cuenta allí con accionistas que controlan más del 10% del capital- y la ambición es copar la mayoría accionarial. "La condición está ahí por una razón, y es que nuestro objetivo es controlar, después de esta operación, Banco Sabadell. Y nuestra intención es mantener esa condición y no retirarla, porque por eso la hemos puesto", afirmó, sin comprometerse a que no habrá cambios a lo largo del proceso o en el precio.

Revisión de las sinergias

La cúpula de BBVA defendió la operación y el mantenimiento del precio, aunque ha tenido que revisar a la baja las sinergias previstas durante los años que no podrá fusionar Sabadell por prohibición de Moncloa, argumentando que la oferta es hoy más interesante que cuando la lanzó. Torres elaboró que hoy los accionistas del Sabadell obtendrían con la fusión un beneficio por acción un 25% superior al que lograrían si la entidad mantuviera su andadura en solitario. Defendió que la prima que incluía en su origen, del 30%, es muy superior al de otras operaciones del sector en Europa y esgrimió que el Sabadell cotiza en máximos de una década por el rally vivido desde que BBVA destapó su interés. Con vistas a futuro, añadió que el consenso de analistas da un potencial de subida al vasco del 8% y ve un retroceso en el vallesano.

La primera lectura de la letra pequeña de la oferta y el recálculo de los réditos esperados con la transacción fue reacia en el parqué. Se amplió la brecha de cotización entre ambas entidades cuando buena parte de los analistas juzgan necesario una elevación del precio si quiere garantizarse la compra. Las acciones de BBVA recortaron un 1,30% y el 0,98% en el vallesano e implica que el accionista perdería más del 9% si aceptase hoy el canje con dichas valoraciones. La ley permite, en cualquier caso, mejorar la oferta antes de los últimos cinco últimos días del periodo de adhesión.

La oferta se dirige a la totalidad del capital social y consiste en la entrega de un título de BBVA más 0,70 euros en efectivo por cada ramillete de 5,5483 acciones del vallesano. Los inversores tendrán que decidir qué hacen en los próximos 30 días, salvo que BBVA utilizase la prerrogativa que facilita la ley de ampliar el plazo -el máximo legal son 70 días-.

Los 'remedies' del Gobierno

El consejo de administración del Sabadell tiene que pronunciarse sobre la oferta y emitir su recomendación a los accionistas antes del 19 de octubre en un informe "detallado y motivado" que valore el sentido estratégico y financiero de la oferta, apoyándose en valoraciones de sus asesores externos -Goldman Sachs, Morgan Stanley y Uría Menéndez-.

En el folleto de la operación BBVA sostiene que la intención es fusionar ambos bancos cuando se levante el veto del Gobierno. Lo ha recurrido ante el Tribunal Supremo y si le diese la razón admiten que apenas adelantaría unos seis meses dicho calendario por los propios tiempos del proceso judicial.

Desliza algunas decisiones sobre Sabadell, como la posibilidad de cambiar su política de remuneración al accionista. La cúpula del vallesano ha prometido 6.300 millones en tres años entre dividendos y recompras de acciones, y su política es repartir el 60% del beneficio. En ese cómputo figura el megadividendo de 2.500 millones prometidos con cargo al talón que ingresará con la venta de la filial británica TSB a Banco Santander y que se abonaría en 2026, cuando reciba las autorizaciones legales y supervisoras exigidas y se complete.

Torres deslizó que si lo cobra BBVA iría a engrosar la hucha de solvencia, que ya supera los mínimos regulatorios y recordó que el compromiso del grupo es destinar el excedente a retribuir al inversor.

El banco reconoce que el veto a la fusión fijado por Moncloa "no impide la toma de control de Sabadell y su integración en el grupo", pudiendo ambas entidades compartir las mejores prácticas y realizar eficiencias operativas "que maximicen su valor". Aunque el grueso de las sinergias las ha previsto en inversiones tecnológicas, BBVA proyecta mantener la plataforma tecnológica del vallesano hasta que la fusión sea efectiva.

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