
El PIX, el exitoso sistema de pagos electrónicos de Brasil, está siendo investigado por el Gobierno de Donald Trump por supuestas prácticas anticompetitivas, una medida que ha provocado el rechazo airado tanto del Ejecutivo brasileño como de la población y ha agravado las tensiones entre ambos países.
La decisión de EE.UU. de lanzar la semana pasada una investigación comercial que incluye el PIX, bajo la alegación de que puede estar dañando la competitividad de empresas estadounidenses, ha tocado una fibra sensible.
El Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que ya se enfrentaba a la amenaza del arancel del 50 % anunciado anteriormente por Trump, enseguida reaccionó con una campaña en redes sociales que avisaba en tono nacionalista: "El PIX es nuestro, 'my friend'".
La indignación también ha cundido entre los vendedores ambulantes de la Avenida Paulista, en el centro de São Paulo, usuarios frecuentes de este sistema, creado por el Banco Central y que permite transferencias a cuentas bancarias por medio de códigos QR o del número de identidad del receptor.
"Es una estupidez… La tecnología está mejorando y nosotros la utilizamos con seriedad", dice a EFE Ana Luciana, de 56 años, mientras extiende pulseras y collares sobre una mesa. Lo que más le gusta a Luciana del PIX es que sea gratis para los microemprendedores como ella y para los clientes, a diferencia de las tarjetas de crédito, que cobran una tasa de entre el 2 % y el 4 %.
Un ascenso imparable
Hoy en día, es el método de pago más popular; un 76 % de la población lo utiliza, frente al 51 % que prefiere la tarjeta de crédito y un 68 %, el efectivo, cuyo uso ha caído desde el 83 % registrado en 2021, según un reciente informe del Banco Central.
El 6 de junio pasado, alcanzó 276 millones de transacciones, un récord diario desde que fue creado en 2020.
El premio nobel de Economía Paul Krugman llegó a preguntarse en una columna reciente si Brasil había inventado "el futuro del dinero" y apuntaba a la ventaja de PIX respecto a Zelle, un sistema de pago estadounidense similar al brasileño, pero que es gestionado de forma privada por un consorcio de bancos.
Defensa del PIX
Frente a la investigación de EE.UU., la Federación Brasileña de Bancos ha defendido en un comunicado que el PIX, controlado por el Banco Central, sigue un "modelo abierto" para todas las entidades financieras del país y que no es un "producto comercial", por lo que "favorece la competencia".
La patronal, además, ha expresado su esperanza de que los bancos estadounidenses con presencia en Brasil ayuden a "aclarar" al Gobierno de Trump la "información incompleta" que tiene sobre este método de pago.
Algunos analistas han apuntado a la pérdida de terreno de Visa y MasterCard, multinacionales estadounidenses que dominan el mercado de las tarjetas, como una de las razones detrás de la investigación.
En ese sentido, Ralf Germer, cofundador y CEO de la 'fintech' PagBrasil, señala a EFE que fue la "falta de innovación y competitividad" de esas empresas lo que las colocó en desventaja. "Es como decir que el correo electrónico es competencia desleal para el correo físico porque es mucho mejor", resume.