Banca y finanzas

Criteria reformula la estrategia de inversión de Simón en su plan a 2030

  • Recuperará su estilo histórico, con predilección por empresas de las que pasan recibos 
  • El 'holding' debería presentar su revisión del plan estratégico en las próximas semanas 
Sede de CriteriaCaixa. Kike Rincón
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Menos de dos meses ha tardado la nueva cúpula de CriteriaCaixa para corregir el rumbo inversor que había tomado el holding bajo la batuta de Ángel Simón. La entidad volverá a una política de inversión más tradicional frente a la entrada en compañías de sectores en los que la organización no había tenido presencia como las que había protagonizado hasta ahora. La nueva hoja de ruta debería así ver la luz en las próximas semanas.

Junio ha quedado marcado en el calendario de Criteria como el mes en el que el tándem Francisco Reynés-José María Méndez ha roto las dos operaciones apalabradas, pero no formalizadas por Simón. Hace diez días la entidad anunció que daba marcha atrás en la compra del 20% de Celsa porque la empresa no repartía dividendos. La siderurgia se encuentra además en un momento bajo del ciclo, con dudas sobre la competitividad del sector en Europa por los precios energéticos y la entrada de producto desde Asia.

Por razones parecidas podría justificarse la renuncia a adquirir el 20% de la empresa de pan y bollería congelada Europastry, que tampoco ofrece una política de dividendos agresiva. De hecho, la compañía tiene limitada por la banca la remuneración a sus accionistas a 10 millones de euros hasta que no llegue a una ratio deuda/ebitda de 2,5 veces. Con esta política, a Criteria le tocarían 2 millones de euros al año por una inversión que se estimaba de 250 millones de euros por el porcentaje del capital.

Otro frente inversor al que el holding catalán dará la espalda es a la ambición de Simón de entrar en la industria de la defensa, tal y como explicó en un acto organizado por la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE) en Barcelona.

Así, Criteria apunta a una política de inversión más tradicional, vinculada a lo que históricamente le ha gustado el holding: empresas de aquellas que pasan recibo a final de mes, ya sea de luz, gas, agua o servicios telefónicos y con el dividendo como gran motivación, algo que tradicionalmente motiva más a compañías cotizadas que a empresas familiares, como ha sido el caso de Europastry. Puig, en cambio, repartirá 212,2 millones de euros en efectivo a sus accionistas, un payout del 40% de los 531 millones de euros registrados como beneficio neto el ejercicio pasado.

Nuevo plan estratégico de Criteria

El viraje en la política de inversión de Criteria sucederá al nuevo plan estratégico de la Fundació La Caixa, presentado esta misma semana. Más allá de dibujar un crecimiento del 20% del presupuesto hasta los 800 millones en 2030, la entidad señaló que en los próximos meses su brazo inversor "adecuará su plan estratégico 2025-2030 con el objetivo de que esté totalmente alineado con los principios que marca el plan de la Fundació". Debería ver luz verde en las próximas semanas, quizás incluso antes del verano.

Tras las tensiones vividas entre Fundació y Criteria en la etapa Simón, la fundación avisó de que "las inversiones hechas a través de Criteria se deben gestionar de manera eficiente y transparente con la única misión de preservar el patrimonio de la fundación e impulsar su crecimiento".

Por ello, añadió que el nuevo plan estratégico marcará la gestión de ambas entidades para que operen "de manera coherente y coordinada" y con una gobernanza compartida entre el patronato de la fundación y el consejo de administración de Criteria.

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