Banca y finanzas

El precio de los seguros de automóviles crece casi el doble que el IPC desde 2019

  • Las tarifas de la protección a los vehículos aumentan un 37% en cinco años y la inflación un 21%
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Los consumidores tienen que rascarse el bolsillo para contratar su seguro de autos. Según los datos facilitados por el comparador Kelisto.es, el precio de este producto ha crecido un 37% desde 2019, último año de "normalidad" antes de la pandemia. Mientras, el precio medio del resto de bienes y servicios en ese periodo se incrementó un 21%, lo que prácticamente es la mitad que las tarifas del seguro de autos [ver gráfico].

De acuerdo con los datos del comparador, que hace una media de todo tipo de coberturas del mercado (a terceros, terceros ampliado, todo riesgo y todo riesgo con franquicia), en 2019 un consumidor promedio pagaba 658 euros por su seguro. El precio sufrió en 2020 y 2021 un descenso debido a que las aseguradoras no mostraron apenas siniestralidad debido a la restricción de movimientos, pero con la progresiva apertura del turismo y la vuelta a la vida tal y como la conocíamos, la siniestralidad ha repuntado.

Esto es en lo que se escudan principalmente las compañías en la subida de tarifas que han ido ejecutando a partir de 2022, ya que según la consultora Icea, el ratio de incidencias ha pasado de un 74,6% a un 80,47%.

A esto hay que sumarle la propia inflación. "La razón más evidente de la subida es el coste de las reparaciones. Los vehículos actuales llevan mucha más tecnología, sensores, cámaras… y cualquier pequeño golpe puede implicar una reparación más compleja y cara. También ha subido el precio de los recambios y de la mano de obra, lo que repercute directamente en el precio de los seguros", explica Timm Sprenger, CEO de Check24 en España.

Precisamente la edad de los coches también importa a la hora de asegurarlo, tal y como destaca Carlos Bruggemann, cofundador de Acierto.com. Porque un vehículo nuevo tiene el inconveniente de que sus recambios son mucho más caros, pero uno viejo también tiene el inconveniente de que su valor en el mercado cada vez es menor, llegando incluso a que algunas reparaciones sean más caras que el propio vehículo y la aseguradora lo de por siniestro. De ahí que a partir de cierta antigüedad deje de compensar un seguro a todo riesgo, porque la compañía sube las primas para evitarse los costes de estos coches. Y es que España posee uno de los parques automovilísticos más viejos de toda Europa, con una media que no ha parado de subir, hasta llegar a los 14,5 años.

Pero además del incremento de siniestralidad y del aumento de los precios en los recambios y en la mano de obra, también entró en juego la actualización del baremo de lesiones. Las mejoras de las indemnizaciones en caso de accidentes aparentemente son positivas para los usuarios en caso de siniestro, pero las compañías han repercutido ese coste futurible a las primas. Varias aseguradoras, como Mapfre o Mutua Madrileña han alegado directamente a este motivo como una de las causas de las subidas, que especialmente afectan a personas con más renta, más recursos o bien con más personas a su cargo, ya que se cubre el lucro cesante. También en la última norma se ha incidido en la mejora de condiciones para las personas dedicadas a tareas del hogar.

Pero además de todo esto, para las tarifas entran en juego la edad y la experiencia del asegurado. Según Rastreator, el precio de un seguro a terceros ampliado de un joven de hasta 24 años es más del doble que el de un conductor de 45 años. Y no solo eso, sino que el tener un coche eléctrico también te supone un seguro más caro. Hasta un 20% más caro puede llegar a ser respecto a un vehículo gasolina, según Check24.

En pérdidas, hasta ahora

Lo cierto es que, a pesar de las subidas de precios, las aseguradoras seguían sin hacer rentable el aseguramiento. Según los datos de Icea, el ratio combinado de los grupos -que mide los costes respecto a los ingresos por primas- seguía por encima del 100% a cierre del 2024, por lo que de cada 100 euros ingresados por la aseguradora, tenía que destinar esos 100 y algo más para cubrir siniestros y el resto de costes administrativos y de gestión.

No obstante, las compañías no perdían dinero gracias a los tipos de interés elevados, que han hecho que sus resultados financieros se disparen y sean los que equilibran la balanza.

Ahora, con este inicio de 2025, las aseguradoras han mejorado sus márgenes. Compañías como Mapfre anunciaron que han vuelto a la rentabilidad técnica y los precios vienen suavizándose desde el año pasado, por lo que los expertos vaticinan que más pronto que tarde las entidades comenzarán a luchar en precios, aunque desde un punto de partida mucho más alto que en 2019.

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