El sector financiero lleva décadas desarrollando su internacionalización y todavía hoy encuentra oportunidades para potenciar diferentes divisiones de negocios pese al revés que representan las crecientes incertidumbres geopolíticas y macrofinancieras. La gran banca arrancó 2025 con un nuevo récord de beneficios, con 6.677 millones de euros y un incremento del 27,11%, y, aunque España emerge como el gran motor de las cuentas por el nuevo diseño del gravamen sectorial, el mayor impulso de los ingresos y en la actividad comercial descansa en sus franquicias internacionales. Del total del balance, cerca del 57% de los activos los genera en el exterior.
Y proyecta ir a más. Grandes desafíos globales como la descarbonización de las economías y la digitalización son retos que las grandes entidades abrazan para escalar el negocio compitiendo en la liga internacional acompañando a las empresas con su banca corporativa y de inversión, y las apuestas incluyen además planes corporativos y estrategias de inversión en diferentes países.
Banco Santander, que el año pasado elevó de 165 a 173 millones los clientes en todo el mundo, revisa de forma permanente todos sus negocios para alocar el capital allí donde más rinda y crezca. Bajo este prisma, la entidad acaba de vender a Erste el 49% su filial polaca Santander Polska y el 50% del negocio de gestión de activos en el país por 7.000 millones, a la vez que ajusta costes y reorganiza la filial de Reino Unido, y descontinúa actividades con bajo margen y tamaño como el negocio de empresas en Alemania –el año pasado abandonó el hipotecario y la plataforma PagoNxt Merchanten en el país–.
Son decisiones que liberan recursos para reinvertirlos en crecimiento orgánico, posibles operaciones corporativas, y remunerar al inversor (destinará 10.000 millones a recompras de acciones entre 2025 y 2026). En Europa, sus principales mercados son España, Reino Unido, Portugal y Alemania, y al otro lado del Atlántico, EEUU, México, Brasil, Chile y Argentina. Pero su presidenta, Ana Botín, declaró que el foco de crecimiento será, especialmente, América, donde Openbank acaba de inaugurar su primera oficina física en Miami. El banco digital entró en EEUU a finales de 2024 para abaratar el fondeo de la filial de financiación al consumo y ya cuenta con más de 4.000 dólares en depósitos de 100.000 clientes, y la vocación de transformarse en un banco nacional completo.
BBVA, actualmente enfrascado en una opa a Banco Sabadell que le permitiría reforzarse en España y entrar en Reino Unido, captó 11 millones de clientes el pasado año, hasta alcanzar los 77,2 millones. Sus principales franquicias operan en México, que construye casi la mitad de la cuenta; y Turquía, junto al negocio en España, pero al igual que Santander está volcando esfuerzos y recursos para empujar también el negocio con corporaciones y la banca de inversión a escala global.
En la actividad retail, BBVA acometió su último desembarco internacional en Italia a finales de 2021 con un modelo de banca completamente digital y ya ha superado los 680.000 clientes particulares, anticipándose más de un año en su hoja de ruta. Ahora se propone alcanzar el millón en dos años, explora la ampliación del negocio a clientes, empresas y pymes, y prepara su entrada en Alemania replicando la estrategia como banco digital.
Pero no solo, entre sus grandes planes figura desplegar el negocio de banca mayorista y de inversión en Brasil, a la vez que lo refuerza en Turquía, EEUU y Reino Unido. En el mercado estadounidense irrumpió el pasado en la asesoría de inversión para clientes internacionales de altos patrimonios, con foco inicial en clientes latinoamericanos, otro de los bastiones que busca potenciar con visión global. En las últimas semanas ha creado en España su centro especializado para atraer altos patrimonios de Latinoamérica –se suma al de Suiza y EEUU– y ha creado una unidad de Global Wealth en Uruguay.
CaixaBank presta servicio a 20,4 millones de clientes a través de una red que supera las 4.111 oficinas en España y Portugal, de los que 18,6 millones de clientes y 3.555 sucursales corresponden al mercado origina. Adquirió el portugués BPI en 2017, y la filial sumó durante el primer trimestre 94 millones al beneficio del grupo de los 1.470 millones cosechados en el conjunto. Su cuota de mercado en Portugal alcanza el 11,7% en créditos y el 11,1% en recursos de clientes. En las cábalas figura como una de las entidades mejor situadas para comprar Novo Banco si el fondo Lone Star, dueño del 75%, lo saca a la venta. La entidad ha fichado a Morgan Stanley y Deloitte para explorar sus opciones. Una operación así duplicaría su presencia en Portugal.
La presencia internacional de Banco Sabadell es más limitada, aunque dispone de un pequeño negocio en México y posición en Reino Unido, a través de TSB. Tras superar los inesperados costes tecnológicos iniciales y reestructurar la filial británica, hoy TSB es uno de sus mayores activos. La franquicia sumó 94 millones al resultado del primer trimestre, que ascendió a 489 millones, es decir, generó casi una quinta parte, y se ha convertido en una fuente de estabilidad a la cuenta gracias a los derivados construidos para limitar el impacto inherente a las rebajas de tipos de interés –el llamado caterpillar distribuye en el tiempo las ganancias de las subidas producidas en los tipos–.
Bankinter tiene grandes planes en Irlanda y Portugal para diversificar el negocio y crecer. Actualmente, el negocio en ambos países genera un 15% de los ingresos y la ambición es que aporten el 20-30% en tres-cinco años. Para empujarlo, convierte la filial irlandesa Avant Money que adquirió en 2019 en una sucursal en el país para escalar su catálogo desde el crédito al consumo e hipotecas a ser un banco global con una oferta completa. Arrancará primero depósitos, con la posibilidad de agregar gestión de activos, banca privada, banca de empresas...
En el sector asegurador son pocas las compañías españolas con negocio fuera de sus fronteras. El mayor de los ejemplos es Mapfre. La multinacional, presidida por Antonio Huertas, está presente en más de 30 países, los cuales a cierre de 2024 le reportaron, únicamente en el negocio asegurador, beneficios por valor de 470 millones de euros y unos ingresos por primas de 14.259 millones, lo que es casi un 3,5% más que en el 2023. A estas cifras se le pueden sumar el negocio del reaseguro, el cual tuvo un resultado neto de 325,3 millones, lo que es un 33% más.
Por poner en contexto, Mapfre ganó el año pasado 902 millones de euros, por lo que aproximadamente dos tercios de sus beneficios provienen del exterior, donde en función de la región, destaca en según qué productos.
Brasil es la región más importante para el grupo, tan solo por detrás de Iberia (España y Portugal). Allí, Mapfre cuenta con uno de sus acuerdos más importantes, con el Banco do Brasil, con quien han ganado la gran parte de cuota de mercado que la aseguradora posee en el país carioca.
Mutua Madrileña es otra de las aseguradoras nacionales que han optado por la externalización del negocio fuera de España. La compañía presidida por Ignacio Garralda ha dado un cambio radical en los últimos quince años. Y es que ha pasado de que el negocio de autos en Madrid sea el que aporte el 77% de los ingresos a que se reduzca a apenas el 15% No obstante, Mutua tiene ganado gran parte del desarrollo a nivel nacional, con los grandes acuerdos firmados con CaixaBank y El Corte Inglés entre otros. Fuera, está presente en Chile y Colombia, que este 2024 aportan a la compañía un beneficio de 50,4 millones, un 15% más que el año anterior. El negocio chileno es el más importante de los dos para Mutua, con unos ingresos de 984 millones de euros y un resultado de 75 millones de euros, donde, junto a la chilena BCI Seguros, constituyen una joint venture que tiene su principal fortaleza en el negocio de automóviles.
A su vez, los bancos también tienen en Latinoamérica, gracias a su extensa red, un foco de ingresos por la venta de seguros. Aquí, Banco Santander, a través de su holding recién reformada de seguros y sus acuerdos extendidos con Zurich, y BBVA, tienen el mayor protagonismo.
Y es que las compañías han identificado el continente sudamericano con un potencial incluso superior a su país de origen. El propio CEO de Mapfre Brasil, Felipe Nascimiento, reconocía en una entrevista a este medio en una entrevista que hay posibilidades de que la filial carioca sobrepase a la española, aunque no lo ve "ni a corto ni a medio plazo". Esto se debe a que la penetración del seguro en los países Latinoamericanos es muy inferior a la española. Los factores principales son tanto la obligatoriedad de algunos productos –en España, el seguro de autos– como por las rentas de la población.
Y es que el poder adquisitivo está directamente relacionado con la contratación de estos productos, y es precisamente ese gap al que apuntó Nascimiento: "Somos un país con grandes rentas y otras muchas con umbrales muy bajos. Necesitamos una clase media, porque ahí está el foco de crecimiento del seguro y de toda la economía" declaró. El objetivo de Mapfre en Brasil está en que la penetración del seguro llegue al 10% en un país de más de 200 millones de personas, por lo que ya serían 20 millones los asegurados allí.
Para ello, las compañías también están estimulando esta demanda con nuevos productos, adaptados a las realidades del continente. En el caso de Mapfre, Nascimiento anunció que ya están desarrollando coberturas específicas para la población que vive en las favelas, con primas especialmente bajas y accesibles para este tipo de población.
No obstante, la realidad de las aseguradoras –y de todo el sector financiero– es compleja en estos países debido a la evolución de las monedas locales. La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha condicionado la valoración del dólar y, por ende, del resto de monedas regionales de Latam. En el caso de Brasil, el Real ha hecho que las primas de Mapfre en el país caigan un 11,9% en el primer trimestre y su resultado solo ha crecido un 1,6%. Si se engloba todo el resultado de la aseguradora en Latam, en cuanto a primas decrece un 1,1%, pero el resultado mejora un 25%. El peso mexicano, donde Mapfre también tiene negocio, cayó en los tres primeros meses del año un 15%, pero a pesar de ello, las primas crecieron un 10% en euros por un aumento de volumen.