
La gran banca norteamericana sigue abriendo la mano al mundo cripto. Según una exclusiva de Wall Street Journal, las principales firmas financieras de Estados Unidos están considerando aliarse para emitir su propia stablecoin. Este tipo de activos digitales son criptomonedas cuya valorización está ligada a una moneda fíat, como el dólar o el euro. Los bancos, entre los que se incluyen JPMorgan, Citigroup, Wells Fargo y Bank of America, creen que la Administración de Donald Trump podría regular y favorecer estas criptomonedas, al ser más seguras y estables que las convencionales, como bitcoin o ethereum.
Los grandes bancos temen que las stablecoins (y las compañías que tienen detrás) empiecen a acaparar el dinero de clientes acaudalados, como grandes firmas tecnológicas o particulares con extensos patrimonios. Desde que hace dos años, las autoridades estadounidenses, con la SEC a la cabeza, empezaron a regular el mercado cripto, los grandes bancos se han puesto las pilas con unos activos que cada vez aglutinan más dinero.
La puerta de entrada al mercado digital
Al estar vinculadas las stablecoins a las monedas analógicas en un par 1:1, los inversores pueden ahorrar su dinero en carteras digitales y ejecutar con más rapidez compras de otros tokens, sin estar expuestos a tasas de cambio y otros mecanismos que compliquen el proceso. Hace diez años, se emitió tether (USDT), una cripto vinculada al dólar. Cada unidad digital equivale a un dólar estadounidense. Rápidamente, tether se convirtió en una de las criptomonedas más populares por el respaldo de la divisa norteamericana.
Los bancos ven en el ejemplo de tether y otras stablecoins una oportunidad perfecta para ampliar su cartera de clientes. Según WSJ, las firmas norteamericanas creen que pueden utilizar estas criptos para acelerar las transacciones más cotidianas, como los pagos transfronterizos que pueden tardar días en el sistema de pagos tradicional.
La creación de un consorcio bancario para emitir su propia criptomoneda implica que las firmas tradicionales temen a un competidor que les puede adelantar por la derecha. Diferentes entidades cripto han solicitado oficialmente a la SEC licencias bancarias a la espera de que se avance en una ley estadounidense que les dé cobertura jurídica. Si la norma finalmente sale adelante (se encuentra debatiéndose en el Senado), de la noche a la mañana, los bancos de inversión se pueden encontrar con una constelación de startups y pequeños competidores en una suerte de segunda ola de neobancos digitales.
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