
El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, tomará el testigo a Jordi Gual en la presidencia no ejecutiva de VidaCaixa. El relevo será efectivo a partir del próximo 15 de abril, al vencer el mandato de Gual, quien fuera presidente no ejecutivo de CaixaBank desde 2016 y hasta que en 2021 cedió la posición en el banco a José Ignacio Goirigolzarri al formalizarse la fusión con Bankia. El directivo se reincorporó por entonces a IESE Business School como catedrático en Economía, pero mantuvo el vínculo con el grupo a través de la responsabilidad en VidaCaixa que ahora asumirá Gortázar.
Se trata de una función que, en la práctica, retomará el consejero delegado de CaixaBank porque ya la ejerció entre 2014 y 2021. Vuelve a asumirla en un momento en el que se ha reforzado además el papel como gestor de Gortázar dentro del grupo a raíz de la salida del banco de José Ignacio Goirigolzarri, y su relevo por Tomás Muniesa, pero ya en una presidencia en CaixaBank desprovista de funciones ejecutivas.
VidaCaixa es la filial aseguradora de vida y pensiones de CaixaBank. Liderada por Javier Valle, con el cargo de consejero director general, se trata de la mayor compañía del sector asegurador español por volumen de negocio, con ingresos que superan los 10.000 millones de euros y una cuota de mercado en el ramo de vida del 36,75%. A su vez controla el 49,92% de SegurCaixa Adeslas –la participación restante es propiedad de Grupo Mutua Madrileña–. Su operativa es directa en España y en Portugal a través de su filial BPI Vida e Pensões, que comercializan en ambos casos productos como planes de pensiones, seguros de ahorro y seguros de vida.
Gortázar simultanea su función como primer ejecutivo del banco o consejero delegado –ocupa el cargo desde 2014– con otras altas responsabilidades en filiales del grupo. El banquero ejerce también como presidente del negocio de financiación al consumo y tarjetas operado a través de CaixaBank Payments & Consumer y ocupa un sillón en el consejo de Banco BPI, filial lusa de CaixaBank.