
La era dorada de la banca no parece acabarse. Los temores del mercado sobre una posible merma del beneficio ante el comienzo de la bajada de tipos no se han materializado. Desafiando a los analistas, las cuentas de las entidades han seguido brillando en 2024 y sus directivos se han comprometido en resultados iguales o incluso superiores en 2025, manteniendo alto el listón. Buenas noticias para los accionistas, que seguirán disfrutando de una generosa recompensa este año. Los bancos europeos repartirán 80.000 millones en dividendos y ejecutarán 54.000 millones en programas de recompra de acciones en 2025, cantidades ligeramente por encima del año pasado, según estiman los analistas de Citi.
La banca navegó en épocas de vacas flacas en los años 2010. En un escenario de tipos bajos o negativos, la rentabilidad del dividendo rondaba el 3%, impulsando a los inversores a huir del sector y a buscar fortuna en otros lados. Pero la rápida subida de tipos orquestada por los bancos centrales a ambos lados del Atlántico para apaciguar la inflación cambió las reglas del juego y, ante una creciente magnitud de beneficios, las entidades veían como la hucha de capital almacenada en sus cuentas no paraba de incrementarse. Además, los ejecutivos sentían la necesidad de gratificar a los accionistas por la falta de retribuciones durante la pandemia.
Las mayores ganancias permitieron una mayor generación de capital, que abrió el camino a la distribución de dividendos más jugosos, con rentabilidades de alrededor del 6% en los años posteriores a la crisis sanitaria. Un escenario que la caída de tipos apenas alterará en los próximos dos años. "Creemos que los beneficios no descenderán de forma sustancial y que la rentabilidad se mantendrá estable, por lo que estimamos unos dividendos por acción solo un 2% por debajo en 2025 frente al anterior. Sí pensamos que el pay-out se incrementará levemente, pasando de un 75% a un 80% —incluyendo a los programas de recompra— , compensando así la ligera disminución de ganancias y terminando con un pago general en términos absolutos muy similar al año pasado", apuntó Andrew Coombs, analista de Citi.

En el Viejo Continente, los bancos que distribuirán los dividendos más jugosos este año serían el británico HSBC (10.000 millones), el italiano Intesa Sanpaolo (6.000 millones) y el francés BNP Paribas (5.500 millones), según la casa de análisis. Entre los españoles, el que remunerará más sería BBVA con 4.000 millones, seguido por Santander y CaixaBank, que abonarían cada uno alrededor de 3.000 millones.
En la presentación de resultados anuales, la gran banca nacional ha ido completando su plan de distribución a cargo del ejercicio 2024. En plena opa lanzada por BBVA, Sabadell ha escalado su promesa de remuneración a 3.300 millones para el bienio 2024-2025, frente a los 2.400 millones comprometidos en un origen. Unicaja también impresionó al mercado al garantizar en su plan estratégico que distribuirá el 85% de los 1.600 millones mínimos que se propone ganar entre 2025-2027.
Pero quizá la mayor sorpresa ha venido de la mano del Santander, que ha prometido al menos 10.000 millones para recomprar acciones en 2025-2026, además de comprometerse, por primera vez, a repartir el exceso de capital por encima del 12% CET1 que no utilice para expandir el negocio.
Recompra de acciones
En la política de remuneración al accionista, los que han adquirido un mayor protagonismo en los últimos años han sido precisamente los programas de recompra. En números absolutos, la cantidad repartida por las entidades europeas mediante este instrumento de retribución se ha más que doblado desde 2021, al pasar de 17-18 millones a por encima de 40 el año pasado, según cálculos de Citi. "Los buybacks son atractivos cuando una acción está infravalorada y especialmente cuando cotiza por debajo de su valor contable. En ese caso, pueden respaldar un RoE (rentabilidad) más elevado", indicó Johann Scholtz, analista de Morningstar.
ING y UBS son los bancos europeos que más programas de recompra se espera que lleven al cabo este año, anotó Citi. Y en España, más allá del ya citado caso del Santander, CaixaBank ha notificado que espera seguir teniendo la capacidad de recomprar acciones durante el próximo trienio, aunque no detalló un objetivo concreto de reparto en su nuevo plan estratégico. "Las recompras seguirán su papel, pero como esperamos un crecimiento, vamos a necesitar retener más capital en la entidad para apoyarlo. No queremos que la devolución de capital suponga un freno a la hora de crecer", dijo el consejero delegado, Gonzalo Gortázar. El banco distribuyó 4.300 millones en buybacks entre 2021 y 2024.
El Banco Central Europeo establece unos requisitos mínimos de capital para las entidades. En el respeto de esas exigencias, los bancos pueden decidir libremente cómo emplear el capital sobrante, optando por reinvertirlo para seguir creciendo, acopiarlo en sus balances o repartirlo entre los accionistas. "La banca se enfrenta al reto de conseguir un equilibrio, ya que una menor ratio pay-out es buena para su solvencia, porque destina más beneficios a reservas, pero es mala para el coste del capital, ya que se encarece si el banco es menos atractivo para el accionista. Los bancos que reparten más dividendos suelen ser mejor valorados por el mercado. Por tanto, es lógico que los bancos quieran maximizar ese pay-out", señaló Joaquín Maudos, catedrático de la Universidad de Valencia.
Tradicionalmente, la banca española aparece a la cola del ranking de la Unión Europea en términos de solvencia. Así lo reflejan los últimos ejercicios de transparencia de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), que anotan que la ratio CET1, termómetro de la salud financiera de una entidad, se situó en un 12,8% en España frente al 16% de la media europea.
Ahora bien, tanto la rentabilidad como la posición de solvencia de los bancos del Sur de Europa ha mejorado en los últimos años, reduciendo la necesidad de almacenar su riqueza para engordar el CET1 y, de hecho, todos los bancos españoles se encuentran ampliamente por encima de los requisitos mínimos. Unos beneficios estables no deberían ser una amenaza en términos de solvencia. Los analistas de UBS estiman que los bancos europeos deberían ser capaces de generar alrededor de 200-300 puntos básicos de CET1 al año a través de los beneficios, sustentando sus niveles de capital.
Beneficios planos
Sumando las previsiones de consenso de analistas de los cinco grandes bancos españoles cotizados, se espera que de aquí al 2030 el beneficio siga plano. "Se podría considerar un gran éxito el hecho de que se consoliden unos beneficios tan extraordinarios como los que alcanzamos en 2024. Pero un crecimiento plano de beneficios ya no les interesa a los inversores. Hay sectores mucho más atractivos, como el tecnológico, que siempre promete, o el de la defensa y de los semiconductores, que se beneficiarán de la desglobalización que Trump puede imponer a Europa", señaló Francisco Quintana, director de estrategias de inversión de ING.
Ante la pérdida de atractivo, el mantenimiento de unos dividendos jugosos podría ser un as bajo de la manga de la banca para demostrar al inversor que el sector aún puede tener un futuro prometedor.