
Cepyme teme un daño al crédito de las pymes si BBVA absorbe Sabadell y así se lo trasladó a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). La organización empresarial más representativa a nivel estatal -aglutina más de 3.000 organizaciones- ha eludido siempre valorar la operación y no siguió los pasos de asociaciones como Pimec, Foment o las confederaciones empresariales valencianas, catalanas o gallegas, cuando dirigieron sus preocupaciones por carta a Cani Fernández sin ser consultadas previamente.
Pero el organismo trasladó un requerimiento de información a Cepyme, al igual que a otros operadores, respecto a la toma de control de Sabadell por parte de BBVA y sus eventuales implicaciones y la organización empresarial compartió entonces su preocupación sobre el efecto de una mayor concentración bancaria tanto en el crédito para pymes, como en el acceso a servicios de efectivo, al asesoramiento financiero y a los TPVs que, para negocios como la hostelería o la distribución, son vitales.
"La situación desde el punto de vista de la competencia hace temer por los potenciales impactos desde la perspectiva de la disponibilidad y precio del crédito para la pyme", refiere en un documento de 21 páginas al que ha tenido acceso elEconomista.es del entorno regulador.
Cepyme argumenta que "la operación no será neutra desde el punto de vista de la gestión del riesgo" ya que las "obligaciones regulatorias" y las buenas prácticas bancarias pueden reducir el grifo del crédito a determinados clientes. "Se dejarán sentir de forma particular en el acceso a la financiación por parte de las pymes que son clientes de las dos entidades", relata, en alusión a que la normativa y la ortodoxia bancaria "desaconsejan" asumir altas posiciones de riesgo con un mismo acreditado, pudiendo forzar un ajuste si suman con él una cuota ya significativa.
La alerta sube en las compañías más pequeñas y aquellas que, por su tamaño, precisan productos sofisticados inexistentes en bancos pequeños o las cajas rurales, que son las que han planteado competencia en muchas regiones en otras fusiones.
"En el caso de las pequeñas empresas y microempresas, su mayor sensibilidad a los cambios económicos y la información más limitada para analizar su perfil de riesgo complica la asunción de una concentración de riesgo elevada por parte de una única entidad", ilustra.
La financiación bancaria es vital para las empresas de menor dimensión por su dificultad para acceder a fuentes alternativas. Según un estudio de Cesgar que cita, el 62% pidió crédito a sus bancos en 2023.
Cepyme reconoce que la situación se paliaría de existir una competencia efectiva por parte de otros operadores. Cuando en el pasado replegaban bancos por las fusiones, lo aprovechaban, sobre todo, las cooperativas de crédito y se potenció la figura del agente financiero.
Sin embargo, advierte de que su capacidad es "limitada" y, aunque, son "una opción viable" para pymes pequeñas con necesidades "sencillas", la posibilidad de que compañías más grandes vean cubiertas sus necesidades "se torna más difícil" al precisar mayor financiación y productos sofisticados como créditos documentarios o cobertura de divisas.
"La diferencia en la propuesta de valor entre las entidades bancarias grandes y las pequeñas hará bastante complicado que la presión competitiva por parte de terceras partes sirva para absorber la demanda de crédito de las pymes que se vean negativamente afectadas por la operación", concluye.
BBVA y Sabadell sumarían un 25% de cuota en pymes -el banco catalán agregaría el 12,7% el nuevo grupo-, pero en crédito a autónomos y microempresas señala que la penetración llegan al 40% y a "casi dos terceras partes" entre firmas con facturaciones entre 1 y 100 millones de euros. "Lo normal" es, según el documento, que las pymes pequeñas operen con 2 entidades de media y de 2 a 5 en las de tamaño medio.
Hasta 5 bancos para pymes
La situación se agravaría en Cataluña y Levante donde expone que "resulta complicado que otras entidades de corte regional ocupen su lugar debido a su menor implantación en esta área". No ve garantizada la competencia con los nuevos jugadores como fintech o neobancos por su escaso foco en empresas y tampoco con la Unión Bancaria al estar "incompleta".
La experiencia revela, añade, que los aumentos de cuota de mercado en territorios y negocios específicos suelen tener por respuesta "la disminución progresiva de la exposición a dichos mercados y actividades, dando como resultado una menor presión competitiva".
El negocio más vulnerable a estas tendencias por la opa concluye que sería el de pymes, aunque "las potenciales distorsiones sobre la competencia también se pueden extender a las soluciones de pago (especialmente los TPVs), servicios de gestión de efectivo y asesoramiento".
De hecho, alienta a analizar con especial cuidado los efectos de la concentración en dichos ámbitos por el riesgo a perder esas prestaciones o que encarezcan por los ajustes de red que suelen llevar implícitos las fusiones y la pérdida de capacidad de negociación de la empresa cuando desaparecen proveedores.