
Con la oferta conocida ayer de BPER Banca para adquirir Banca Popolare di Sondrio por 4.300 millones de euros, en este momento hay tres opas en marcha en el sector financiero italiano: UniCredit por BPM, lanzada en noviembre; Banca Monte dei Paschi di Siena por Mediobanca, ofertada en enero, y esta última entre las dos principales firmas "populares" de la banca italiana conocida esta semana. Ninguna de las tres ofertas había sido prevista y las dos primeras ya se han calificado de "opas hostiles". Si tienen éxito, la concentración bancaria pasará del 49% actual a alrededor del 70%, equivalente a los niveles de España y Portugal.
Desde hace años, distintas autoridades, con el Banco Central Europeo a la cabeza, han promovido las fusiones para crear colosos bancarios que puedan competir con los gigantes procedentes de Estados Unidos y la incipiente actividad financiera china. Sin embargo, las fusiones transfronterizas son en este momento un brindis al sol: lo que domina son las uniones nacionales, dejando un mercado bancario continental atomizado y cada vez más concentrado en los diferentes mercados.
En este escenario, las tres opas sobre la mesa plantean la posibilidad de que la acumulación bancaria de Italia se incremente hasta niveles similares a España si tienen éxito. Según los datos del BCE, actualmente, cinco entidades financieras italianas poseen una cuota de mercado conjunta del 49% en el país mediterráneo, mientras que en España, los cinco bancos más grandes aglutinan el 69% del negocio (sin contar la posible fusión de BBVA y Sabadell). Según Il Corriere della Sera, solo con que se ejecutase la absorción de BPM por parte de UniCredit, la cuota bancaria de Italia en manos de cinco actores escalaría a más del 60%.
Un mercado mediterráneo cada vez más concentrado
Frente a España y a Italia, los otros dos gigantes de la Unión Europea presentan un mercado más desfragmentado: en 2023, los cinco principales bancos de Francia tenían una cuota de activos equivalente al 45% del mercado mientras que en el caso alemán era del 33%. Esta situación ha sido más o menos similar entre las dos potencias desde 1999, fecha de creación del euro, cuando Francia tenía una aglomeración del 43% mientras que Alemania era del 19%, la más baja de la UE ese año.
En el sur de Europa, en cambio, la concentración se ha intensificado: la cuota de los cinco bancos más grandes en 1999 en Italia era del 26% mientras que en España era del 40%, casi treinta puntos menos que ahora. Otros países como Portugal o Grecia también han visto incrementada su concentración, tanto por las fusiones de la burbuja inmobiliaria como por la reestructuración bancaria por la crisis posterior. El país luso pasó de una acumulación del 44% en 1999 al 72% en 2023, mientras que la nación helena incrementó su concentración del 67% al 96%, cifra más alta de toda la Unión Europea.
El resto de estados mediterráneos miembros de la UE, caracterizados por tener mercados más pequeños, cuentan con niveles de aglomeración altos: Chipre del 92%, Croacia del 82%, Eslovenia del 74% y Malta del 75%. La media comunitaria ha pasado del 59% al 68% en estos años.
Los medios italianos aventuran que, al igual que al BBVA se le está atragantando la opa sobre Sabadell en España, habrá operaciones que probablemente no lleguen a buen puerto en el sector bancario transalpino. Todas estas ofertas de adquisición deben ser aprobadas tanto por Fráncfort como por los reguladores de Roma y luego los accionistas deberán acudir a la oferta, donde el sueño de concentrar más aún las entidades financieras puede naufragar.