
BBVA entiende que la mudanza de sede de Sabadell no altera su oferta. La entidad presidida por Carlos Torres trasladó este miércoles su "respecto" a la decisión del banco vallesano, pero señaló que "no cambia en nada las bondades de la opa". Según la entidad, la transacción es "buena para España, para Cataluña y para el resto de territorios donde está Banco Sabadell así como para los clientes, empleados y accionistas de ambos bancos".
El movimiento táctico de la entidad liderada por Josep Oliu alimenta el factor emocional e identitario en una región donde el empresariado y la esfera política ha expresado un rechazo a la transacción por temor a una merma en el crédito, sobre todo el dirigido a las pymes.
La fuerte presencia de ambos bancos en Cataluña y en la Comunidad Valenciana ha provocado que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) también haya puesto foco sobre ambos territorios, encargando a las autoridades gemelas de competencia de ambas regiones un estudio dentro del proceso de análisis de la opa hoy en curso. Ambas autoridades alertaron ya en su día sobre diferentes riesgos en la financiación al limitarse la competencia.
BBVA quiso desde el principio realizar un gesto hacia Cataluña y en su oferta de fusión ya se comprometía a mantener una de sus dos sedes operativas en Sant Cugat (Barcelona), otra la preservaría en Madrid y la sede social la tiene radicada en Bilbao. Posteriormente prometió impulsar a Cataluña como "hub" de emprendimiento e innovación en Europa.
Y en los últimos meses la cúpula del banco y particularmente el presidente Carlos Torres se ha volcado en intentar convencer al empresariado catalán de las ventajas de la operación y trasladarles su compromiso de que no sufrirán perjuicios en la financiación con los compromisos que la entidad ha puesto sobre la mesa de la CNMC.
La transacción se encuentra actualmente pendiente del organismo que lidera Cani Fernández que decidió llevar la opa a un análisis exhaustivo en noviembre (Fase II) al observar riesgos para el crédito.
Su resolución se espera para unas semanas y después le dará traslado al Ministerio de Economía, que dispone de 45 días para analizarla y podría modular sus condiciones en función de factores distintos a los de competencia como puede ser de seguridad nacional, la protección del medioambiente o la promoción de la innovación, entre otros.
Después tocará a la CNMV aprobar el folleto, salvo que BBVA desista de la ofensiva si juzga que las condiciones quitan valor a la operación, y se abriría la ventana de adhesión para que los accionista de Sabadell decidan, en última instancia, si aceptan o no el canje.