Banca y finanzas

La financiera de Santander y BNP prioriza su rentabilidad y baja un 52% la concesión

  • UCI redujo de 839 a 403 millones los nuevos créditos el año pasado para proteger la cuenta
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La rápida y vertical subida de los tipos de interés ha beneficiado a los bancos, pero puso palos en las ruedas de muchas de las financieras. Es el caso de UCI, financiera perteneciente al Santander y BNP Paribas, que el pasado ejercicio decidió anteponer la rentabilidad al volumen y redujo un 52% la nueva concesión para evitar un deterioro excesivo de sus márgenes. La razón es que la rentabilidad de su cartera hipotecaria creció menos que su coste de fondeo, ligado al euríbor.

Con la subida de tipos del Banco Central Europeo (BCE) el euríbor escaló del -0,502% al 4,16% en 18 meses y el IRPH, índice que refleja la media de los tipos de los diferentes intervinientes del mercado hipotecario, apenas un 2,7%, provocando "una reducción del 1,7% en el margen financiero bajo el cual operan los prestamistas del mercado hipotecario español", explica UCI en su informe financiero anual.

Es la realidad que atraviesan muchas financieras, que no han podido apreciar sus carteras al ritmo del avance del euríbor por tener créditos concedidos a tipos fijos o a otros indicadores y soportan además un coste de fondeo muy superior.

Bajo este contexto, UCI reconoce que optó por "mantener la rentabilidad de su actividad comercial" y apenas otorgó operaciones por valor de 403 millones de euros frente a los 839 millones de 2022, con caídas del 57% en la nueva concesión en España y del 36% en Portugal. En el último cuatrimestre del ejercicio su concesión aumentó, sin embargo, un 55% frente al primero gracias a que la inflexión del euríbor a partir de octubre "relajó" la presión y "permitió generar mayores volúmenes con una rentabilidad suficiente", puntualiza. Esta situación, junto a las mayores amortizaciones de clientes, provocó que su cartera viva o stock financiado cayese un 6,7%, hasta los 9.588 millones de euros.

En el informe pronostica que en 2024 "continuará sufriendo las consecuencias negativas sobre su margen bruto de una gama de tipos de interés aplanada e incluso invertida", aunque espera un entorno más favorable donde pueda ir recuperando el ritmo de producción y manteniendo el "énfasis sobre la rentabilidad".

Esta dinámica, y el repunte de los impagos precisamente por la subida de tipos, hundió un 49% el margen bruto y elevó las pérdidas del ejercicio a 69,8 millones desde los 52,8 millones del ejercicio anterior.

Su ratio de morosidad subió 15,2% frente al 13,4% de 2022, aunque mejoró en el último tramo del ejercicio. La financiera remitió al supervisor un plan para atajar el repunte de morosidad. Para encarar la situación ha afinado la política de aceptación de reestructuraciones para poder cubrir clientes sin antecedentes de retrasos y cuyas dificultades llegaron por la subida de tipos, y ha reestructurado su red de agencias de recuperaciones.

La entidad confía en restablecer el crecimiento a medida que lo permita la situación de tipos. Cuenta con el respaldo de Santander y BNP Paribas, que este año le han inyectado 88 millones para cubrir los nuevos requisitos de capital fijados a las financieras y apoyar su actividad.

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