
Hace unas semanas se anunció la venta del 80% de la participación de Abanca en Nueva Pescanova a Cooke, proceso que sigue en marcha a la espera de cerrar la operación. Ahora es Juan Carlos Escotet, presidente de la entidad gallega, el que aprovechó su participación en el XVIII Foro de Banca organizado por IESE para explicar este movimiento. "La decisión de Pescanova es tomada a conciencia desde el primer momento", apuntó, señalando que trocear la compañía era contrario a sus valores, por lo que optaron por rescatarla y negando presiones del supervisor bancario.
"Hubo que hacer una suerte de salvamento ya que los fondos decían que la forma de dar más valor a su participación era liquidar y fraccionar la empresa, pero era contrario a nuestros valores", reconoció, explicando que desde la entidad decidieron tomar el control para tratar de preservar los 12.000 empleos de la compañía, "una empresa estratégica para Galicia".
Escotet continuó diciendo que, desde el primer momento, se trataba de un movimiento "temporal". "Buscamos un socio industrial, ha sido un proceso largo y complicado pero la llegada de Cooke es una magnífica noticia para la región porque preserva la integridad de la empresa y el empleo y pasa a formar parte de uno de los conglomerados pesqueros más importantes del mundo", resumió.
Fusiones transfronterizas
Más allá de la operación de Nueva Pescanova, Escotet también se refirió a las operaciones transfronterizas y la posibilidad de participar en nuevos procesos de crecimiento inorgánico. "Somos fruto del crecimiento orgánico e inorgánico, apostando por nuestro mercado nacional, pero también por integraciones de dos tipos: sinérgicas y complementarias", resumió el directivo de Abanca.
Escotet recordó que la apuesta de la entidad "siempre ha sido ibérica", con especial foco en la cornisa cantábrica que se completó con la integración de TargoBank hacia el arco Mediterráneo. Si bien destacó que la integración de estas entidades es muy similar e independiente del tamaño de las entidades, Escotet quiso poner el foco en los movimientos transfronterizos, de los que señaló que "son bastante más demandantes".
"Me parece un poco de postureo pensar que va a haber grandes fusiones transfronterizas", señaló, apuntando a la supervisión local, la regulación local y la fiscalidad como principales causas que lo impiden.