
El flujo de financiación varía según la situación del cliente y complejidad de la operación. "La liquidez que viene de financiadores tradicionales, esencialmente bancarios, está sufriendo restricciones y el apetito de la banca por incrementar el riesgo en operaciones complejas es casi imposible de encontrar", confían desde un operador involucrado en transacciones de ese tipo.
Junto al encarecimiento del precio hay un factor regulatorio que entorpece. "Los bancos tienen normas muy estrictas en cuanto a los créditos dudosos. Si tienen a un cliente calificado como dudoso subjetivo, aunque esté pagando, la concesión de financiación de dinero nuevo implica ya que directamente tienen que provisionar de entrada. Entonces eso va contra capital, por eso las restricciones a la concesión de dinero nuevo", explica el socio bancario y financiero de Squire Patton Boggs, Manuel Mingot.
La regulación exige contabilizar como dudoso subjetivo, Stage 2 o en "vigilancia especial" a aquellos clientes, créditos o, incluso, sectores potencialmente vulnerables y efectuar la correspondiente dotación aunque nunca hayan dejado de pagar, una medida precautoria que hoy frena la concesión por el aumento de estos acreditados tras el Covid, la guerra o la inflación.
"En los últimos años se han aprobado distintas circulares contables por el Banco de España aplicables a las entidades de crédito exigiendo a dichas entidades de crédito aplicar dotaciones en función de los riesgos que se dividen esencialmente en: normales, normales con vigilancia especial, y dudosos/impagados. Stage 2 sería una situación de vigilancia especial y, sin perjuicio de que no habría impago, con previsión de potencial morosidad, teniendo por tanto un mayor riesgo y afectado a la concesión de dinero nuevo ("fresh money")", coincide Manuel Follía, socio de Reestructuraciones, insolvencias y situaciones especiales de Cuatrecasas.
No interfiere en las operaciones nuevas pero sí advierten de que el incremento del coste de la financiación por las subidas de tipos está afectando en transacciones donde el apalancamiento es elevado, dificultando y dilatando en el tiempo los procesos aunque la banca muestra interés en atenderlos.
"Sectores cerrados por las experiencias vividas"
En las financiaciones nuevas, "el tener buenos números y buenos ratios es más importante que nunca", exponen desde una consultora, que observa que las entidades financieras "están prácticamente cerradas por las experiencias vividas" en algunos sectores.
El mayor endurecimiento lo localizan en el mantenimiento y ampliación de líneas de circulante "salvo que el caso sea muy claro y el riesgo bueno" y denuncian que también hay problemas para lograr coberturas de avales, que resultan cruciales para constructoras o ingenierías, también por las reglas de provisiones.
"Las nuevas reglas por consumo de recursos de Basilea y la incipiente crisis bancaria incitan a pensar que la situación puede ir a peor en el corto y medio plazo", avisan.
La financiación alternativa sigue a tasas altas y con reparos para entrar, limitando donde alocan los recursos. Aquí, el socio bancario y financiero de Squire Patton Boggs, Manuel Mingot, apunta que hay un apetito más selectivo: "Vemos que el direct lending, la desintermediacion bancaria y la deuda privada de fondos llega a pocas pymes. Llega donde llega esa a pyme premium o mediana empresa con un plan sofisticado. Los fondos de deuda se han convertido en tan selectivos como los fondos de private equity. Sus operaciones son medidas, muy bien hechas, muy bien ejecutadas. En circunstancias de encarecimiento del crédito solo las mejores empresas son beneficiarias de esta financiación directa de fondos sin paso por los bancos".
Frente a esta situación, la primera palanca a activar por las compañías es optimizar la gestión del cash y "aprovechar las propias fuentes de financiación son imperativas ahora", indican desde una consultora donde ven necesario que se solape al tiempo el riesgo bancario y financiación alternativa para "compensar la falta de apetito" de las entidades financieras.