
El Banco Central Europeo (BCE) analiza las potenciales vulnerabilidades de la banca a la subida de tipos de interés bajo la hipótesis de un empinamiento de la curva y una desaceleración económica con la muestra de una treintena de entidades, incluida alguna española. "Nuestros equipos conjuntos de supervisión compartirán los hallazgos de esta prioridad estratégica con los respectivos bancos", explican desde el organismo, que ha colado el ejercicio entre sus prioridades de supervisión en el plan 2022 y 2024 junto a un seguimiento más estrecho de la transformación digital de los bancos o el impacto de riesgos emergentes, entre otros.
El estudio, cuyo desarrollo encara su última fase, arrancó con una evaluación de todos los bancos significativos de acuerdo a múltiples parámetros o canales de impacto y desde diferentes perspectivas. En una segunda fase bajó foco al grupo de entidades seleccionadas por estar particularmente expuestas a las alzas de tipos por el perfil de riesgo, las prácticas de gestión del mismo y la complejidad de las carteras.
La pretensión es evaluar las sensibilidades a los choques por las tasas de interés y los diferenciales de crédito, y para ello analiza su impacto sobre "todas las líneas de negocio, segmentos, carteras, etc". Como principio, las entidades deben disponer de mecanismos "sólidos" para gestionar el impacto de perturbaciones así, y "ajustar sus marcos de evaluación, mitigación y seguimiento del riesgo siempre que surja la necesidad", refieren desde el organismo. Suele ser práctica del supervisor compartir resultados de estudios así para incentivar las mejores prácticas, además de atajar potenciales vulnerabilidades que detecte.
Según el BCE los bancos de la eurozona están capacitados para soportar un 'shock' de 200 puntos básicos en los tipos, incluso bajo un escenario de revés económico en un horizonte a tres años. Las entidades han reforzado su solvencia y red de provisiones en los últimos años, gracias en buena parte a las medidas aplicadas para encarar los riesgos de la pandemia, pero las incertidumbres van a más y el temor es que pueda acabar pasando factura al sector. El BCE ha subido ya el precio del dinero desde el 0% al 2% desde el pasado mes de julio y la intención declarada es continuar endureciendo su política monetaria hasta atajar una inflación que en la eurozona se espera que acabe 2022 por encima del 8% y se sitúe en el 5% en 2023.
A corto plazo el escenario de subida de tipos añadirá margen a la cuenta de las entidades, con el riesgo de que los impagos entre clientes particulares y empresas se disparen a medio y largo plazo y le obliguen a acopiar mayores provisiones cuando la economía se frene con la inflación y tipos en escalada.
Pero el efecto de esta situación y en particular de los tipos permea a todo el balance en la medida que puede afectar a su patrimonio neto, a la cartera de inversión y potencialmente a mercados como el inmobiliario o las operaciones cubiertas por derivados e, incluso, hay un riesgo de balanceo del negocio si cambian las preferencia del cliente.
Impacto de 400 puntos básicos
Es la dilución máxima que encajarían en la hucha de solvencia y patrimonio neto aquellas entidades más afectadas por una subida de tipos de interés de 200 puntos básicos. Según el BCE, la generalidad de las entidades soportarían sin gran problema dicho impacto, pero las 20 entidades más afectadas experimentarían un agotamiento de entre 200 y 400 puntos en su ratio CET1.