
Santander UK va a congelar las transacciones que sus usuarios hagan a las plataformas de intercambio de criptomonedas. El objetivo es que las transferencias se bloqueen durante 30 días para evitar los fraudes. Las limitaciones para operar afectarán a los pagos móviles o que se realicen en tiempo real a través de la aplicación del banco.
La medida se pondrá en marcha el año que viene, según Reuters, que ha tenido acceso a un correo interno que detalla los planes de la filial británica de Santander. Además, solo se podrán efectuar pagos de 1.000 libras por vez (1.139 euros) a los exchanges y un máximo de 3.000 libras (3.424 euros) al mes.
La entidad lleva tiempo estudiando soluciones para luchar contra el fraude en los pagos automáticos autorizados (authorised push payment, APP, en inglés), en los que los criminales engañan a los usuarios para que verifiquen el envío de dinero. Y el auge de este tipo de estafas ha coincidido con la popularidad de las criptomonedas, según un informe de octubre del banco, que analiza esta cuestión. De hecho, la sede inglesa señala que los timos por internet están entre los principales delitos de Reino Unido.
Los clientes de Santander denunciaron el año pasado estafas por valor de 1 millón de libras al mes, según los cálculos de la entidad. La media por cada uno de estos engaños fue de 13.000 libras. Un problema que tiene que ver con la falta de regulación en el mercado de las criptomonedas, explica el banco.
La compañía ya había adelantado sus planes al respecto hace tiempo, como los límites a las cuantías que se podían enviar y, además, decía que iría incorporando otras medidas. Santander está impulsando nuevas normas, ya que considera que son necesarias para la integridad del sistema bancario. Sin embargo, hace una excepción con los pagos que reciben sus clientes de las plataformas de intercambio, que no se congelarán, ni se bloquearán temporalmente. En esa dirección las operaciones funcionarán con normalidad.
El esfuerzo del banco supone una barrera para aquellos usuarios que quieren operar con 'criptos' dentro de los sistemas de pago convencionales. Además de que las cantidades están topadas, el hecho de que el pago quede retenido 30 días puede llevar a una consideración más pausada, ya que se elimina el factor de la inmediatez.
Por otra parte, los inversores que usen plataformas descentralizadas para operaciones con criptomonedas seguirán usando sus carteras, no vinculadas a los bancos u a otros intermediarios. Es decir, quienes llevan más tiempo en el ecosistema y están familiarizados con sus aplicaciones, si iban a recurrir a su cuenta bancaria, seguirán teniendo las alternativas menos convencionales. Por eso, se obstaculizan las transacciones a los inversores menos especializados.